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En un mundo lleno de quebranto, la humanidad anhela ser amada. Es a través de nosotros que el mundo quebrantado ve lo que significa ser amado incondicionalmente por Dios.
Puede parecer que el mundo está fuera de control y la misma época de Navidad puede incluso aumentar nuestro estrés. Pero podemos optar por entrar en el gozo sobrenatural de Jesús y ser usados por Él para alcanzar a otros como nunca antes.
La presencia de Jesús en medio de nosotros nos permite nombrar las ansiedades que atormentan nuestras almas y ponerlas en Sus manos capaces.
Para los niños, la temporada navideña a menudo se trata de esperar un regalo preciado. Pero a medida que maduramos en el Señor, descubrimos que la verdadera esperanza sólo se halla en el regalo de Jesucristo.