En mi reciente artículo (agosto 2023), le invité a un “proceso de cuidado del alma”, explorando maneras de “dejar que [su] angustia le lleve a Dios, no que le aleje de Él” (2 Cor. 7:9). Vengo a ustedes no como un experto, sino como un compañero en el camino hacia la plenitud en y con Jesús.

Mark estaba sentado en mi sala de consejería, agotado por las presiones del ministerio pastoral tras décadas de servicio. “¿Cuándo fue la última vez que visitó a su doctor para un examen físico?” le pregunté; una pregunta que le hago a casi todos los pastores durante su visita al Centro de Renovación Espiritual—Este.

Me miró durante unos segundos, sin palabras. Miró a su esposa mientras ella se encogía de hombros. “¡No me acuerdo!” respondió Mark. “Sólo voy al doctor cuando estoy enfermo. Tienen que haber pasado al menos 10 años desde que me hice un examen físico”.

Su tarea era hacer la cita antes de volver a casa para poder ver al doctor lo antes posible. Siempre queremos asegurarnos de que cualquier causa física o consecuencias del agotamiento se aborden adecuadamente en el proceso de sanidad. Hay tantas cosas que pueden detectarse en exámenes físicos y análisis de sangre periódicos antes de que aparezcan los síntomas. (Más sobre la historia de Mark en un momento).

Mi experiencia personal, y con muchos pastores con los que trabajo, es una resistencia sutil a vernos a nosotros mismos como holísticamente humanos. En medio del agotamiento y recuperándome de depresión clínica en 2001, descubrí mis propios pensamientos, creencias y acciones hacia:

Gráficos extraídos del libro Discipulado emocionalmente sano de Pete Scazzero

Mi experiencia personal, y con muchos pastores con los que trabajo, es una resistencia sutil a vernos a nosotros mismos como holísticamente humanos.

Desde entonces, me esfuerzo por integrar la verdad de que Dios nos creó como seres humanos compuestos de varios:

Gráficos extraídos del libro Discipulado emocionalmente sano de Pete Scazzero

Cuando hablamos de “más líderes creciendo juntos en misión”, ¿qué queremos decir con “creciendo”? Existe una gran variedad de definiciones de “crecimiento”, pero para el propósito de este artículo, hablamos de la salud física de un pastor/líder. Un investigador podría decir literalmente que un área que tiende a “crecer” ¡son las cinturas de nuestros pastores! Sin embargo, otra tendencia “creciente” incluye otros efectos secundarios nocivos del agotamiento que nos afectan físicamente.

Rae Jean Proeschold-Bell, autor de Faithful and Fractured: Responding to the Clergy Health Crisis (Fiel y Fracturado: Respondiendo a la Crisis de Salud del Clero), encontró que “los pastores tienen un 10 por ciento más de probabilidades de ser obesos que los no clérigos… También sufren de hipertensión y asma a una tasa un 4 por ciento más alta, y son un 3 por ciento más propensos a sufrir diabetes y artritis”.

Más investigaciones confirman que el ministerio pastoral es un llamado físicamente menos saludable ahora que nunca antes, lo que sugiere que se debe prestar más atención a esta área crucial de nuestra humanidad, no menos.

Un par de pensamientos para usted al considerar abordar esta área de su vida y ministerio:

  1. Preste atención a su salud física. La conciencia de uno mismo es clave para crecer en cualquier ámbito. Métodos como pesarse, pensar y planificar lo que va a comer y cuándo antes de una comida, hablar con personas importantes en su vida sobre su salud actual, todo ello tiene el poder de mejorar su salud desde donde se encuentra ahora.
  2. Comience con pasos pequeños y comience de nuevo mañana. Haga esa llamada para programar su examen físico. Estaciónese unos cuantos espacios más alejados para caminar unos pasos más. Use las escaleras en lugar del elevador. No es necesario que haga ejercicio intenso durante una hora todos los días. Comience caminando unos 15 minutos, tres días a la semana, y vaya aumentando a partir de ahí. Si falta un día, empiece de nuevo mañana.

¿Recuerda a nuestro amigo Mark, que no podía recordar cuándo fue su último examen físico? Me llamó varias semanas después exclamando: “¡Me salvaste la vida! Me acaban de diagnosticar cáncer de próstata en etapa 4 ¡y no tenía ningún síntoma!

Afortunadamente, Mark sigue con nosotros. Dio un pequeño paso que resultó ser más importante de lo que pensaba. Su historia es un poderoso ejemplo de un pequeño paso en la dirección correcta, al que merece la pena prestar atención.

Los pastores saludables no son perfectos, sino que se están volviendo “más vivos, más involucrados, más sensibles, más reverentes, más humanos, más apasionados, más responsables. Visto desde cualquier ángulo, habéis salido de esto con pureza de corazón” (2 Cor. 7:11, MSG – traducción libre). Espero que estas palabras sean más y más comunes en su vida, porque son una parte vital de lo que define a cualquier persona saludable y, ciertamente, a un pastor saludable.

Go deeper:

  • Lea Faithful and Fractured: Responding to the Clergy Health Crisis (Fiel y Fracturado: Respondiendo a la Crisis de Salud del Clero) de Rae Jean Proeschold-Bell y Jason Byassee
  • Para opciones saludables de manejo del peso, considere suscribirse a Noom, conectarse con WeightWatchers, o cualquier opción accesible que descubra.
  • Use las aplicaciones MapMyFitness o MapMyWalk en su teléfono (o cualquiera similar), inscríbase en un gimnasio o grupo de apoyo o reúnase con un entrenador personal para establecer un plan de ejercicio factible y seguro.
director de Center for Spiritual Renewal—East (Centro de Renovación Espiritual del Este) en Christiansburg, Virginia.