Esperanza Morphis

Mientras que millones de miembros de iglesias se preocuparon por los confinamientos, las cuarentenas y las interrupciones de los cultos en el 2020, Esperanza Morphis vio oportunidades ilimitadas al ajustarse al COVID-19 y sus repercusiones.

Durante el año pasado, Esperanza, la representante de misiones del Distrito Heartland desde 2014, ha utilizado Zoom, Facebook Live, YouTube y las redes sociales para difundir el mensaje de misiones. Una herramienta especialmente única: Durante un período de dos semanas, ella entrevistó a siete misioneros alrededor del mundo y publicó los videos en la página de Facebook del distrito.

Ministra asistente en Cornerstone Christian Center (Iglesia Cuadrangular Chicago Heights) en Chicago Heights, Illinois, Esperanza dice que no hay manera que hubiera podido viajar a todas esas naciones en un año, o tenido los recursos financieros. “Las conversaciones con esos misioneros fueron increíbles, escuchar cómo estaban pivotando”, añade.

En vez de esperar a que terminara la incertidumbre en medio de la pandemia, ella organizó un viaje misionero virtual a Panamá para enseñar sobre la cultura, gente, geografía y religión de la nación. Normalmente, un equipo presencial hubiera consistido de una media docena de miembros; el viaje virtual estuvo abierto a 200.

“Mantendremos las conexiones virtuales. De esta forma podemos tocar a los misioneros, y ellos nos pueden tocar a nosotros. Esto rompe las barreras de la carencia financiera y la distancia física”. —Esperanza Morphis

Mientras que Esperanza ha sido positiva en cuanto a las formas que la pandemia ha llevado a la Cuadrangular a adaptarse para continuar cumpliendo la Gran Comisión, ella dice que ha habido serios inconvenientes. Ella conoce gente que ha muerto o ha sido hospitalizada, y algunos a los que se les ha dicho que tendrán que usar oxígeno por el resto de sus vidas.

Pero en lo que respecta a llevar el evangelio a naciones anteriormente cerradas, Esperanza dice que el internet y los teléfonos inteligentes trajeron avances. Eso incluye naciones cuyos gobiernos son hostiles al evangelio o que son lugares físicamente peligrosos.

“La pandemia detuvo todos los viajes, conferencias y conexiones físicas de Heartland, pero elevó nuestra conexión virtual”, explica. “Elevó nuestra intencionalidad de comunicación. Siento que nos metió en el lugar donde no dependíamos de un edificio”.

Aun después de que haya una vacuna y se reanuden los viajes ordinarios, las misiones de alta tecnología seguirán siendo una parte de los esfuerzos de alcance del Distrito Heartland. Esperanza nota que más del 80 por ciento de la gente en lugares distantes, probablemente tiene un teléfono inteligente que puede usar para involucrarse con otros en el campo.

“Mantendremos las conexiones virtuales”, dice Esperanza. “De esta forma podemos tocar a los misioneros, y ellos nos pueden tocar a nosotros. Esto rompe las barreras de la carencia financiera y la distancia física”.

Para los pastores que quieran involucrar activamente a su congregación en las misiones, ella sugiere invitar a los miembros a seguir a su iglesia local en Facebook, como también las páginas de La Iglesia Cuadrangular y Misiones Cuadrangulares Internacionales (FMI), y el Grupo de Facebook de Foursquare Disaster Relief. Y mientras que personas “no-tecnológicas” tal vez no lancen un video o llamada por Zoom, ellos pueden observar.

Los miembros también pueden aprovechar los métodos tradicionales para apoyar a las misiones: dar a FMI, orar por misioneros, enviar paquetes de ayuda, y dando ofrendas especiales para ayudar con gastos inesperados. Por ejemplo, cuando se desató la pandemia, los misioneros tuvieron que comprar gel desinfectante y mascarillas, lo cual no era parte de sus presupuestos ordinarios.

La iglesia también puede mantener una perspectiva positiva. “El río de Dios nunca se detiene”, dice Esperanza. “Este es un tiempo de oportunidad para que la iglesia crezca. No hay razón para que, como creyentes llenos del Espíritu, no podamos crecer nuestros misioneros, nuestras iglesias, y nuestro liderazgo”.

es un escritor independiente y editor de libros en Huntington, West Virginia.
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