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Seis años después del terremoto y tsunami en Japón que dejó unos 20.000 muertos o desaparecidos, existe un dolor oculto que pesa mucho en un pueblo profundamente reservado. Pero hay señales de fruto de las semillas del evangelio que fueron sembradas en el terreno del desastre.

La misionera Cuadrangular Renee Williams continúa dando talleres sobre el cuidado emocional y espiritual postraumático en las áreas rurales costeras que fueron devastadas el 11 de marzo del 2011. El programa surgió tras las visitas de ayuda por medio de Foursquare Disaster Relief (FDR) que ella realizó al área para entregar provisiones que fueron desesperadamente necesitadas.

Mediante dicha respuesta a la crisis, «la gente empezó a entender como las iglesias ayudan a la gente», dice Renee. «Muchos nunca habían conocido a un cristiano antes.» Hasta ahora, sólo unos pocos han hecho una declaración pública de seguir a Jesús, dice Renee. Pero «sabemos que el Espíritu Santo está obrando en sus corazones, y creemos que veremos una cosecha».

El dar esperanza y ayuda en conjunto siempre ha sido parte del ministerio de La Iglesia Cuadrangular. Hace casi un siglo, la fundadora Aimee Semple McPherson combinó la predicación poderosa con la oración para los enfermos y la asistencia práctica a quienes padecían necesidad, alimentando a más personas en Los Ángeles que el programa de asistencia social del gobierno federal durante la Gran Depresión en los EE.UU.

En años recientes, el poder de este enfoque de dos manos se ha visto con claridad renovada desde que FDR fuese establecida.

«En tiempos de catástrofes, la gente busca ayuda y esperanza, y la iglesia puede estar allí tanto con la proclamación como con la demostración del evangelio», dice Chad Isenhart, jefe de operaciones internacionales de FDR, quien ha supervisado la distribución de recursos valorados en unos $6 millones. «Es realmente una oportunidad estratégica».

Jay Donnelly, quien dirige la respuesta nacional como director de FDR en EE.UU. dice: «Creo que es un movimiento profético de Dios que la iglesia esté preparada para ministrar a la gente en crisis y en catástrofes, amándoles en medio de sus momentos más difíciles en la vida».

Como resultado, líderes Cuadrangulares de países propensos a los desastres naturales han empezado a recibir entrenamiento para estar mejor preparados para responder cuando haya problemas. Mientras tanto, en los EE.UU. hay más de 1.500 ministros con credenciales y miembros de iglesias que han completado su capacitación que los certifica para formar parte de equipos oficiales de auxilios ante catástrofes.

Muchas iglesias están aportando donativos para apoyar la obra de FDR. Agencias a nivel global también quieren asociarse con FDR en proyectos domésticos e internacionales.

Mientras las oportunidades para FDR aumentan, es crucial que retenga su rol integral en compartir el evangelio, agrega Chad. «Siempre nos dedicamos a aliviar el sufrimiento, para poder compartir la esperanza que tenemos en Jesús. Sin ello, solo seríamos otra agencia mas que provee auxilio. FDR es un vehículo para ayudar a compartir el evangelio, plantar iglesias y hacer discípulos», porque en el corazón de la obra de FDR está un valor fundamental de La Iglesia Cuadrangular, observa Jay: Confiar en la dirección y el empoderamiento del Espíritu Santo.

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es un escritor independiente que vive en Santa Rosa Beach, Florida.
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