Andy Lovelace

Convertirse en el nuevo pastor de una iglesia siempre es desafiante, pero tal vez lo es especialmente cuando la persona a la que usted reemplaza cayó de manera pública. Ellos dejan atrás una comunidad que se siente airada, traicionada y desconfiada, y eso es entendible.

Es tentador querer saltar y ya sea atarle un lindo y nítido lazo al pasado o enterrarlo, como cambiar el escenario y evitar todo el sufrimiento. Ninguno de estos cursos de acción— asumir prematuramente que ahora todo está bien, o simplemente ignorar lo que pasó—realmente ayudará a la iglesia a encontrar la sanidad y plenitud que necesita para el futuro.

En lugar de apresurarse con una nueva visión que pudiera distraer a la gente de su dolor, he descubierto que es importante tomarse el tiempo necesario para caminar por una temporada de restauración y renovación. Para un pastor, eso requiere paciencia y disposición a dejar de lado el deseo de ser visto como dinámico, y seguir adelante a favor de atender las heridas de las personas.

Conocí algo de la importancia de ese proceso lento y constante a través del dolor personal. Antes de regresar a New Horizons (Grand Junction Foursquare Church) en Grand Junction, Colorado—había sido pastor asociado aquí en los años 1990, antes de plantar iglesia en Kansas City—había estado fuera del ministerio a tiempo completo por casi una década tras mi propio fracaso relacionado con el quebrantamiento sexual.

Uno no tiene que haber experimentado una llamarada uno mismo para poder guiar a otros a través de las consecuencias de una, pero de seguro ayuda. Las mismas cosas que había hecho para reconstruir la confianza con mi esposa Geri, eran aplicables con la iglesia—humildad, honestidad, transparencia. Establecimos y enfatizamos protocolos claros para las prácticas del ministerio, tales como evitar reuniones uno a uno con alguien del sexo opuesto. Fuimos francos en cuanto a nuestras transacciones financieras—no solo proporcionamos nuestros propios informes, los justificamos con estados de cuenta bancarios independientes.

Llamo a este enfoque ser exasperantemente consistente. Claro que todo esto requiere tiempo adicional, pero es vital. Se dice que la confianza se gana en dedales y se pierde en cubos, y eso es verdad. Usted no puede culpar a la gente por sospechar o ser escéptica cuando ha sido engañada.

Habiendo dicho eso, es importante no enfocarse tanto en lo que pasó en ese momento, que pierda de vista el futuro. No vivimos en el pasado en New Horizons, pero no le tememos. Trabajar con las enseñanzas de Peter Scazzero sobre las enseñanzas de una iglesia, liderazgo y discipulado Emocionalmente Sanos—que un número de iglesias Cuadrangulares ha abrazado—ha sido una parte útil del proceso.

No divulgué mi propio pasado cuando vine; eso no hubiera sido útil para una iglesia tambaleándose por la caída del líder anterior. Pero tampoco lo escondí; Geri y yo compartimos con la gente personalmente, según fuese apropiado. Ser vulnerable de esa forma fue muy importante. Ver cómo hemos sido restaurados en nuestra relación, les ofreció esperanza y ánimo a la iglesia.

Uno no tiene que haber experimentado una llamarada uno mismo para poder guiar a otros a través de las consecuencias de una, pero de seguro ayuda. Las mismas cosas que había hecho para reconstruir la confianza con mi esposa Geri, eran aplicables con la iglesia—humildad, honestidad, transparencia.

¿Por qué alguien asumiría el desafío de pastorear una iglesia que ha experimentado un fracaso del liderazgo, dados los dolores de cabeza y angustias adicionales? Claro, hay tipos de dificultades particulares con los que lidiar, pero para mí las recompensas son incalculables. Es tan dulce ver a Dios tomar algo que el enemigo quiso para el mal y cambiarlo para el bien. Él es tan redentor.

Estamos comenzando a ver señales de nueva vida en New Horizons. La asistencia está levemente al alza, algunos miembros anteriores han regresado y nuestras pérdidas financieras han sido compensadas. Estamos planeando una plantación de iglesia en una comunidad cercana. Hay un sentido de expectativa para con el futuro; hemos iniciado un proceso de revisión. Uno de los indicadores de nuestra creciente salud es un renovado corazón por las misiones; ahora somos apoyadores claves de un ministerio en un país cerrado en Asia.

Todo eso me recuerda de una promesa que fue preciosa para mí en mi propia restauración, en Isaías 58. Ahí Dios dice que aquellos que realmente lo buscan en humildad y quebrantamiento serán “como jardín bien regado, como manantial cuyas aguas no se agotan” (NVI). Serán llamados “Reparador[es] de muros derruidos” (v. 12). Hay una sanidad que llega si usted realmente sigue al Señor.


Este artículo fue escrito con Andy Butcher, un escritor independiente en Santa Rosa Beach, Florida.

es pastor principal de la iglesia New Horizons (Grand Junction Foursquare Church) en Grand Junction, Colorado. Él y su esposa, Geri, han estado casados por 30 años y tienen tres hijos.
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