
Alégrense con los que están alegres; lloren con los que lloran. Vivan en armonía los unos con los otros. (Romanos 12:15-16)
Como Padre celestial misericordioso, Dios sabe que el acto de lamentarse pudiera sanar nuestras almas quebrantadas y nuestro mundo quebrantado.
Lamentarse no es:
- Lamentarse no es desesperarse.
En realidad, el lamento es un pariente del gozo. Piense sobre lo que Jesús dijo en Mateo 5:4 “Dichosos los que lloran”,
- Lamentarse no es quejarse o tener lástima de uno mismo.
El tener lástima de uno mismo simplemente trata de mí—mi dolor y mis problemas. El lamento nos abre, conectándonos con la historia más amplia que Dios está escribiendo.
- Lamentarse no es hallar culpables.
Motivar a la gente por medio de la culpa condenatoria en lugar de a través de la obra convicción del Espíritu, no cambia nada. Por lo general, lleva a más división, más amargura y más resentimiento de cada lado.
Lamentarse es:
- Lamentarse expresa profunda tristeza, pérdida, dolor o remordimiento.
Sin lamento, a menudo terminamos con una fe superficial y una compasión atrofiada, presentando una fe superficial a un mundo sufriente que no quiere respuestas fáciles.
- Lamentarse trae el dolor a la presencia de Dios.
Si no vemos la necesidad de lamentarnos por el sufrimiento y el dolor, olvidaremos la realidad del sufrimiento y el dolor.
- El lamentarse nos conecta con la historia más amplia con un Dios más grande.
Cuando nos lamentamos, dejamos atrás una pequeña historia con un dios pequeño y manejable.
- El lamentarse hace que crezcamos en compasión.
El lamento dice: “Me duele, pero veo que a ti también te duele.”
Tomemos tiempo para involucrarnos en el llamado bíblico a lamentarnos.
Puntos de Oración:
- Ore los salmos comunales de lamento, que expresan profunda tristeza por las penurias de una nación y un pueblo, y que piden por la bendición o intervención de Dios (Salmos 44, 60, 74, 79, 80, 85, 90).
- ¿En qué maneras específicas necesito que mi corazón sea ablandado? ¿Dónde debo voltearme hacia el “otro” en esta hora?
- ¿Hay un punto de convicción que el Espíritu Santo esté trayendo a mi corazón, al que necesito responder en arrepentimiento?