“Entonces vi un cielo nuevo y una tierra nueva, porque el primer cielo y la primera tierra pasaron, y el mar ya no existe. Y vi la ciudad santa, la nueva Jerusalén, que descendía del cielo, de Dios, preparada como una novia ataviada para su esposo. Entonces oí una gran voz que decía desde el trono: ‘El tabernáculo de Dios está entre los hombres, y Él habitará entre ellos y ellos serán Su pueblo, y Dios mismo estará entre ellos. Él enjugará toda lágrima de sus ojos, y ya no habrá muerte, ni habrá más duelo, ni clamor, ni dolor, porque las primeras cosas han pasado.’
“El que está sentado en el trono dijo: ‘Yo hago nuevas todas las cosas’. Y añadió: ‘Escribe, porque estas palabras son fieles y verdaderas.’”
Oración y reflexión
- Arrepiéntase por las áreas en su vida en las que personalmente ha perdido la esperanza.
- Ore que su iglesia sea gente de esperanza en su comunidad.
- Oremos: “Padre nuestro que estás en el cielo, que Tu nombre sea honrado; que Tu reino venga; que Tu voluntad sea hecha en la tierra como en el cielo”.