La hermana Aimee lleva a cabo un avivamiento de tres semanas en Washington, D.C.

Nota del editor: Mientras la Conexión Cuadrangular 2024 se dirige a National Harbor, Maryland, del 27 al 30 de mayo de 2024, miramos hacia atrás a cuando la fundadora de La Cuadrangular, la hermana Aimee Semple McPherson, realizó un avivamiento en la cercana Washington D.C., en 1920.

Las multitudes hicieron fila en la calle horas antes de que comenzara el servicio de la iglesia. Fue necesaria la presencia policial para mantener el control de la emocionada multitud. Cuando se abrieron las puertas, el santuario de 1,000 asientos se llenó rápidamente, al igual que la sala de desbordamiento en el piso inferior de la iglesia. Para evitar ser aplastados por la multitud, el pastor y la evangelista tuvieron que entrar en el servicio por detrás del auditorio, trepando por una ventana.

Era el año 1920; el lugar, la Iglesia Metodista Episcopal McKendree en Washington D.C. El pastor era Charles A. Shreve; la evangelista, Aimee Semple McPherson. Este avivamiento tuvo un impacto dinámico en Washington D.C., que duró muchos años.

La hermana Aimee proclamó un sencillo mensaje de arrepentimiento y fe en Jesucristo. Cuando se hizo la invitación, las multitudes llenaron el altar: los penitentes lloraban mientras fluía la salvación, los enfermos buscaban oración para sanidad, las almas hambrientas por más de Dios estaban postradas en el suelo bajo el poder del Espíritu Santo.

 “No puedo hacer milagros. Solo puedo ayudarles a tener fe en el Señor. Es Él quien puede sanarles. Así como Jesús sanó a las multitudes mientras estuvo en la Tierra, también puede sanar y sanará a los que pongan su fe en Él”.  —Aimee Semple McPherson, durante el avivamiento de 1920 en Washington, D.C.

La campaña de avivamiento de tres semanas comenzó en McKendree el domingo 21 de marzo de 1920. Desde el primer día del avivamiento, fue evidente que la bendición de Dios estaba sobre aquellas reuniones. El pastor Shreve recordaba que multitudes de personas “venían buscando a Dios” y “se dirigían en estampida hacia el altar”. En cada servicio, el altar “se llenaba una y otra vez de fervientes buscadores de Dios”, y para el final del avivamiento, “unas trescientas personas” se habían convertido a Cristo.

“La gente irrumpió” en la iglesia, lo que requirió una presencia policial para controlar a la multitud. En el santuario sólo se podía estar de pie, y una sala de desbordamiento en la planta baja también se llenó hasta el tope. En algunas ocasiones, cientos de personas fueron rechazadas. Multitudes de personas permanecieron de pie durante horas en el exterior de la casa pastoral de la iglesia, con la esperanza de echar un vistazo a la hermana Aimee.

En la segunda semana de servicios, la hermana Aimee celebró una reunión de oración en la tarde para la sanidad de los enfermos el jueves 1 de abril. El periódico Washington Times informó de la asistencia de más de 100 personas. “Algunos fueron llevados en brazos, otros vinieron con muletas, otros ciegos, fueron conducidos a la iglesia”. Según todos los informes, varias mujeres fueron sanadas de sus enfermedades; una mujer con brazos reumáticos recuperó el uso de sus extremidades; una niña de 6 años se recuperó de la vista defectuosa; una mujer que había estado confinada a su cama durante tres meses se recuperó gradualmente; y un hombre paralizado del lado izquierdo notó una mejoría en su condición.

El 8 de abril se tuvo otro servicio de sanidad en McKendree. Mil doscientas personas abarrotaron la iglesia; la hermana Aimee predicó un mensaje de fe en Jesús para sanar. “No puedo hacer milagros”, dijo. “Solo puedo ayudarles a tener fe en el Señor. Es Él quien puede sanarles”. Así como Jesús sanó a las multitudes mientras estuvo en la Tierra, también puede sanar y sanará a los que pongan su fe en Él. Inclinemos nuestras cabezas y oremos a Él”.

El servicio de sanidad duró cinco horas. La hermana Aimee habló brevemente con cada suplicante, los ungió con aceite y oró por cada uno. Muchas personas fueron sanadas ese día; sus nombres, direcciones, edades y descripciones de sus condiciones físicas se publicaron en el periódico.

Varias personas fueron sanadas de parálisis. Un ejemplo: Nicholas Berezoski, de 12 años, había sido “afectado por parálisis infantil” cuando tenía 2 años. En consecuencia, llevaba un aparato ortopédico para caminar. “En el nombre de Jesús, serás sano”, declaró la hermana Aimee. Le quitó el aparato ortopédico al niño. Él se aventuró hacia delante. Y, sin ayuda, con las manos a los lados, erguido, el muchacho caminó.

La Sra. Fannie Wallace llevaba 15 años paralizada de “todo su lado izquierdo”, lo que le dejaba “poco uso de su mano o pierna”. Tras ser ungida y recibir oración, la Sra. Wallace empezó a caminar, con alguna vacilación. “Luego se apresuró y entonces, bailó. ‘Alabado sea el Señor, alabado sea el Señor’, gritó, y durante más de dos minutos bailó y agitó las manos en el aire”. La Sra. Wallace tenía 67 años.

Al día siguiente, el periódico The Washington Times informó que muchas personas enfermas y afligidas no pudieron asistir a las reuniones de avivamiento, por lo que la hermana Aimee les animó a que le enviasen pañuelos, que ella ungió y sobre los que oró. Estos trozos de tela se colocaban después sobre las zonas afligidas del cuerpo. Se habían recibido más de 100 pañuelos sobre los que se habían orado.

Durante el avivamiento se oró por más de 3,000 personas enfermas y con dolencias. El avivamiento de McPherson en McKendree concluyó el domingo 11 de abril de 1920. Más de 50,000 personas habían asistido a los servicios; unas 300 personas se convirtieron a Cristo; muchos cristianos experimentaron “un verdadero bautismo pentecostal del Espíritu Santo” y muchos afirmaron experimentar “sanidades completas”.

Los fuegos del avivamiento, encendidos por la hermana Aimee, no menguaron tras su salida de McKendree. Durante todo 1920, el espíritu de avivamiento siguió ardiendo. Las multitudes siguieron llenando la iglesia los domingos, y se produjeron conversiones en casi todos los servicios dominicales vespertinos. El pastor Shreve instituyó un servicio de sanidad los martes por la tarde. “El poder del Señor estaba invariablemente presente en poderosa manifestación”, dijo, y “un gran número de personas [fueron] sanadas de diversas dolencias y enfermedades”.

Nota del editor: La hermana Aimee regresó a Washington D.C., en 1927 para realizar otro avivamiento. Según se informó en The Bridal Call Foursquare (marzo de 1927): “Entonces llegó un telegrama de la gerencia de Washington Auditorium, invitando a la hermana McPherson a compartir en ese magnífico edificio. … Con 7,000 dentro y 5,000 fuera, escuchando por altavoz, Washington, D.C., ‘el corazón de Estados Unidos’, recibió la alegre noticia de ‘los labios de aquella cuyo mayor gozo en la vida’ es pronunciar el sagrado nombre de Jesús”.


Este artículo ha sido adaptado con permiso de un trabajo titulado “Señor, ve entre nosotros”: Charles A. Shreve y el avivamiento pentecostal en la Iglesia Metodista Episcopal de McKendree, Washington D.C., con derechos de autor de 2019, por P. Douglas Chapman. Puede leer el artículo aquí.

es profesor en Ascent College