Alguien expresó en cierta ocasión: «Ninguno de nosotros es tan listo como todos juntos.» Valorar es reconocer, es estimar, es validar el mérito de alguien. Y diversidad es variedad, desemejanza y diferencia entre los miembros de un equipo o una comunidad. Es la abundancia, es la gran cantidad de varias cosas distintas entre ellos.
Los equipos exitosos son aquellos que tienen la capacidad de reconocer que en su diversidad, y no en su uniformidad, está su fuerza y su riqueza.
Cuando hablamos de la diversidad en un equipo, expresamos que sus miembros representan una variedad de culturas, costumbres, caracteres, habilidades, dones, formas de actuar , formas de pensar y realizar las cosas, etc., que lógicamente manifiestan la desemejanza entre los integrantes de ese equipo y señalan sus diferencias.
Ahora, es importante que entendamos que las diferencias en un equipo pueden servir para la guerra o para la grandeza. Cuando se mira la diferencia con el otro como una amenaza, como una molestia, como algo inferior a lo que yo soy, entonces esta traerá conflictos. En el equipo, opinar diferente será para discutir. Entonces, los diferentes dones y capacidades se usarán para competir. Las diferencias de carácter y de costumbres serán el ingrediente principal del chisme y de la desacreditación del otro. Pero cuando se tiene la virtud de mirar la diferencia con el otro como una bendición, como algo estimado que posee valor y mérito, entonces esta traerá grandeza.
Valorar la diversidad en nuestros equipos de ministerio significa unirnos espiritualmente como hermanos en Cristo, amándonos, respetándonos y valorándonos más allá de nuestras diferencias. Aunque la unidad es una realidad objetiva real, también es una meta a experimentar. La gente tiene conceptos preconcebidos los unos de los otros y generalmente tienen diferentes aspiraciones. La madurez, el esfuerzo y el trabajo de la fe por amor son necesarios para mantener la unidad del Espíritu (dentro de un cuerpo diverso) por medio de lazos de paz. Debemos cultivar la unidad y trabajar en ella como iglesia. Unidad significa que somos diferentes pero que nos amamos, respetamos, valoramos y habilitamos para ser quienes debemos ser y hacer lo que debemos hacer.
Valorar nuestra diversidad es también liberarla al enlazar nuestro corazón en una pasión por las almas, establecer relaciones ministeriales inteligentes y espirituales, y comunicar nuestras diferencias antes que ponerlas en oposición, para que lejos de acentuar las diferencias podamos celebrarlas y afirmar nuestra identidad como pueblo de Dios: gente de todo linaje, lengua, pueblo y nación (Apocalipsis 5:9).
Que al valorar nuestra diversidad la familia Cuadrangular seamos:
- Una iglesia con miembros muy diferentes los unos de los otros (1 Corintios 12:12-21).
- Una iglesia con redimidos de todo linaje, lengua, pueblo y nación (Apocalipsis 5:8-10).
- Una iglesia con adoradores de todas las naciones, tribus, pueblos y lenguas (Apocalipsis 7:9-10).
- Una iglesia con ministros fructíferos de todos los pueblos (Isaías 56:2-7).
Daniel Prieto es el Coach Misional Hispano Nacional y el Chairman de la Comisión Nacional Hispana de la Iglesia Cuadrangular de Estados Unidos.