Hay un mover de Dios sucediendo ahora mismo en la familia Cuadrangular global, uno tan dinámico que ha despertado a muchos de nosotros a la necesidad de levantar, equipar y enviar líderes emergentes.

Lo que me emociona especialmente es ver cómo la inspiración divina afecta tanto a la próxima generación como al cuerpo de Cristo en su conjunto. En el último año, hemos tenido varios eventos orgánicos, con jóvenes adultos reuniéndose n espontáneamente.

Tanto en Tailandia como en Europa, más de 400 se reunieron en cada lugar para adorar al Señor. Recientemente, en Panamá, más de 600 jóvenes de 17 países cubrieron sus propios gastos de viaje para asistir a un poderoso servicio de adoración. El otoño pasado, más de 180 líderes de siete naciones asistieron a la conferencia anual Equipados (que comenzó en 2017) en Medellín, Colombia.

Los jóvenes que vinieron a estas reuniones estaban allí porque tienen hambre espiritual. Quieren experimentar la presencia y el poder de Dios dentro de la familia Cuadrangular global. Este movimiento ha crecido rápidamente. Es algo que no podemos controlar, ni siquiera querríamos intentarlo.

Tenemos miles de jóvenes en los círculos Cuadrangulares globales que sólo están esperando–como yo en mi juventud—una oportunidad para “entrar en el juego”.

-Aaron hunter

Nuestra pregunta principal es: ¿Cómo podemos lanzar a los jóvenes hacia su destino profético? No tienen que esperar a ser mayores para servir al Señor; pueden hacerlo ahora mismo.

Con ese fin, el Concilio Global Cuadrangular puso en marcha una iniciativa para crear materiales destinados a formar a quienes trabajan con niños y jóvenes en todo el mundo. Para asegurarnos de que procedían de una perspectiva global, seleccionamos a líderes de lugares como África, Asia, Centroamérica y Sudamérica. Este grupo pasó una semana trabajando juntos para escribir y producir estos materiales, que se han incorporado al programa de Entrenamiento de Discipulado y Liderazgo.

Lo esencial

Aaron Hunter liderando una capacitación para trabajadores de Equipados NextGen en Medellín, Colombia.

En cuanto a la formación de líderes emergentes, hay dos factores esenciales para darles la oportunidad de cumplir el llamado de Dios en sus vidas.

Lo primero es que los pastores y otros líderes se sientan seguros de su liderazgo, reconozcan que son valorados y se den cuenta de que Dios los ha llamado para un momento como este. Pero, sobre todo, deben saber que su tarea principal es levantar a la próxima generación.

En segundo lugar, animo a los líderes emergentes a honrar lo que han hecho los que los precedieron. Con demasiada frecuencia, he visto a jóvenes adultos llegar pensando que tienen todas las respuestas, y luego destruir los cimientos que los líderes mayores construyeron. Para poder trabajar juntos para levantar a la próxima generación, debe haber respeto y honor hacia los mayores.

Lo que me atrae de servir a la próxima generación es que estoy donde estoy hoy porque otros creyeron en el llamado de Dios en mi vida. Reconozco la importancia de aprovechar el potencial de otros líderes jóvenes y ayudarles a avanzar.

En mis viajes, veo una iglesia que envejece constantemente. Muchos tienen el pelo del mismo color que las manchas blancas en mi barba. Es hora de refrescar la familia. Tenemos miles de jóvenes en los círculos Cuadrangulares globales que sólo están esperando–como yo en mi juventud—una oportunidad para “entrar en el juego”.

Parte del llamado de Dios a mi vida es ayudar a tender puentes entre jóvenes y mayores para abrir puertas a la próxima generación. La belleza del hambre de los jóvenes adultos por servir al Señor es cómo se extiende más allá de las cuatro paredes tradicionales. Muchos van al mercado, sabiendo que Dios les ha dotado como ministros en el gobierno, la música y otros ámbitos de la sociedad.

Creo que esta generación sueña a lo grande. Nosotros, los líderes mayores, tenemos que discipularlos y formarlos, pero también soñar en grande con ellos. Oremos para que Dios nos ayude a crear las oportunidades que permitan que sus voces sean escuchadas, no mañana, sino hoy.

Aaron Hunter es el director asociado global para la región de Sudamérica. Esta  nota fue escrita con Ken Walker, un colaborador de mucho tiempo de La Cuadrangular.