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Seattle, y las áreas metropolitanas que la rodean, es la cuna de algunas significativas empresas del Fortune 500: Amazon, Starbucks, Boeing, Microsoft, Costco, Nordstrom, Expedia y Alaska Airlines son tan sólo unas pocas. No sólo son grandes compañías; sus negocios han traído una revolución corporativa y han transformado sus industrias. Cada una es un caso práctico de cómo las ideas innovadoras cambiaron radicalmente la manera en que la gente ha visto el mismo negocio.

Glenn Burris Jr.

Durante siglos, la ley del Antiguo Testamento fue la manera en que la gente se relacionaba con Dios. Estaba centrada en los Diez Mandamientos y un estricto código de cumplimiento. Era la manera principal en que la gente entendía y se relacionaba con Dios y también se convirtió en un capataz en las manos de unos pocos que ejercían el poder y autoridad.

Luego vino la gracia. Transformó el panorama religioso. Cada persona, no sólo unos pocos, tenía acceso directo a Dios. A cada creyente se le dio el privilegio del sacerdocio. El perdón, la misericordia, la humildad y el amor fluyeron donde el juicio, las reglas y la arrogancia una vez dominaron. Esta nueva religión, el cristianismo, revolucionó la comunidad de fe. Es el mismo Dios y la misma gente, pero con resultados radicalmente diferentes.

La transformación de ley a gracia no se cumplió plenamente hasta que el Espíritu Santo visitó a un grupo de 120 seguidores devotos, unidos y espiritualmente hambrientos y sedientos tras 10 días de oración buscando de Dios fielmente en un aposento alto en Jerusalén. Este evento profético empoderó a hombres y mujeres, a jóvenes y ancianos, a ricos y pobres, a gente educada y no educada, a judíos y gentiles: “pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra” (Hechos 1:8, RV 1960). Las cosas nunca más serían iguales. Esta fresca ola del poder y de la presencia de Dios daría lugar a la expansión de esta pequeña comunidad de fe. Creció de un incipiente, pequeño grupo de fervientes seguidores de Cristo a un movimiento global que alteró el panorama de la religión.

La Iglesia Cuadrangular nació de un avivamiento del siglo XX con raíces en el Pentecostés. Nuestra fundadora, Aimee Semple McPherson, abrazó las promesas y experiencias del libro de Los Hechos y contendió por un moderno cumplimiento de las mismas. Ella creía en el ejercicio de todos los medios posibles disponibles, desde la música, el arte, el drama, la radio, hasta la justicia social y más allá para llevar el mensaje de la cruz a cada hombre, mujer y niño en el tiempo más breve disponible. Este movimiento global Cuadrangular nació de una mega-iglesia antes de que hubiese mega-iglesias. Su innovador comienzo sembró algo en su ADN.

Nuestro lema para Conexión este año es “Transformados por Jesús”, y el lugar donde nos estaremos reuniendo, Seattle, integra de manera única este lema. Así como nos reunimos en una ciudad conocida por cambiar el panorama global empresarial, La Iglesia Cuadrangular se reúne con representantes de todo el mundo, trabajando juntos para ser una parte del plan transformador de Dios para ayudar a completar la tarea de la Gran Comisión. Estamos orando que Dios, una vez más, siembre Su toque innovador y transformador en nuestra adoración, nuestros oradores y nuestros tiempos de oración y ministerio.

Sabemos que el mundo necesita una iglesia radicalmente diferente para terminar su obra. Según las estadísticas del “The Traveling Team”, 3,1 mil millones de personas de los 7,7 mil millones en la tierra, nunca han oído el evangelio. Entre los hindúes, musulmanes y budistas, el 81% no conocen personalmente a un cristiano. Además, sólo el 3 por ciento de los misioneros va a los pueblos no alcanzados y sólo $1 de cada $100,000 de ofrendas cristianas caritativas son destinados a ministrar a los pueblos no alcanzados. Aun así, nosotros como iglesia, tenemos 3,000 veces los recursos financieros y 9,000 veces los recursos humanos necesarios para terminar la Gran Comisión.

 

“Imagínese, o re-imagínese, por decirlo así, Dios dándonos una fresca revelación de cómo movilizarnos, a quién movilizamos, dónde movilizarnos y con quién nos movilizamos”, nos comparte Carolyn Clark, presidente de Comisión International.

Mi desafío para nosotros, la iglesia, es estar dispuestos a pensar radicalmente diferente sobre cómo ministramos en esta última etapa del plan de Dios. Necesitamos a gente innovadora y valiente, y necesitamos ideas revolucionarias. Estamos contendiendo por un nuevo toque transformador del Espíritu Santo en nuestra reunión. Estamos contendiendo por una nueva ola de innovación y por un vino nuevo que sea derramado por Dios mismo. Únase a nosotros en Seattle, del 28 al 31 de mayo, mientras oramos juntos, aconsejémonos y contendemos juntos que Dios, una vez más, unja a La Iglesia Cuadrangular para que se asocie con otros en terminar la Gran Comisión.

Toda la semana nos estaremos enfocando en talleres, historias, alabanza y oración que avivará nuestros corazones. Las inscripciones tempranas ya superaron nuestros números normales de inicio. Dios nos está dando más hambre y sed de Él. Estoy orando que seamos transformados mientras nos reunimos para que podamos ver la transformación cumplirse en donde quiera que vayamos en el poder y la unción de Jesús.

sirvió como el presidente de La Iglesia Cuadrangular de 2009-2020.
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