Samuel le dijo a un joven Saúl que él sería el rey de Israel, pero al parecer nada cambió en su vida. Saúl todavía siguió su vida normal, y nadie lo siguió.
Entonces, un día, algunos de sus compatriotas estuvieron en problemas y Saúl tomó acción (1 Sam. 11). Al final se ganó su lugar como un líder y se convirtió en un hombre que los demás eligieron seguir.
Títulos, declaraciones de otros, autoridad y aun nombramientos, no hacen líderes.
Cuando la gente lidera—encuentra soluciones, enfrenta situaciones con unción nueva, y alinea su vida con el tiempo de Dios—los demás se dan cuenta y siguen con gusto. Damos demasiada importancia a los títulos—y no le damos suficiente importancia a la unción junto al favor de Dios y Su tiempo.
¿Qué tipo de líder es usted? ¿De qué maneras pudiera usted estar apoyándose demasiado en un título? ¿Cómo podría usted inclinarse más a buscar soluciones, relacionarse con la gente y vivir su unción?
Reflexione + Ore
1. Pídale a Dios un corazón abierto a soluciones y acciones que usted pueda tomar para ser mejor líder y por humildad para cuando el liderazgo recaiga en usted.
2. ¿A quién le está guiando Dios a ungir como un futuro líder, y cómo puede usted invertir en ellos y discipularlos? Ore por guía y sabiduría.
3. El 5 de septiembre es el Día Internacional de la Beneficencia. Considere cómo puede su congregación dar para caridad de una manera tangible y personal a gran (global) y pequeña (comunidad) escala. ¿Qué donación puede usted promover para la gloria del Señor?
4. Al darle la bienvenida al presidente electo Randy Remington, oremos por la unción de Dios y sabiduría mientras él hace la transición a su nuevo rol en La Iglesia Cuadrangular.
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