En Juan 15:1-17 Jesús explica cómo nosotros, siendo creyentes, somos llamados a permanecer en Él.
Permanecer también significa “quedarse, soportar y sufrir”. Mientras reflexionaba en este pasaje, empecé a preguntarme cómo se ve cuando verdaderamente permaneces. Este pasaje no sólo trata de permanecer presente con Jesús, sino que también es una llamada a la acción y una comisión que se nos da para responder como Jesús lo hizo.
Permanecer es dejar ir la comodidad y comprender el proceso del sacrificio y el sufrimiento.
El permanecer es estar preparado para sufrir junto a aquellos que han soportado la realidad de ser desechados, olvidados, marginados y abandonados. Es escoger activamente sacrificar el privilegio y el contentamiento por la defensa, la misericordia, la justicia y el amor. Permanecer no siempre se sentirá bien o se verá bonito, pero es el abrazo más completo de la vida de Jesús en la que podemos elegir participar.
A medida que recibimos esta invitación para permanecer, que también lleguemos a una comprensión más profunda del mandamiento más grande que se encuentra en este pasaje de la Escritura: “Que se amen los unos a los otros, como yo los he amado. Nadie tiene amor más grande que dar la vida por sus amigos” (v. 12-13, NVI).
Seamos un pueblo que permanece en Cristo y que da la bienvenida a la transformación que viene con ello.
Oración + Reflexión
- Lea Juan 15:1-17, y pregunte a Dios a qué se asemeja el permanecer en Cristo en su jornada de fe con Él.
- Agradezca a Dios por darnos esta invitación de acercarnos a Él por medio del aprender y entender lo que significa permanecer, soportar, sufrir y sacrificar por Cristo y con Cristo. Que veamos esta comisión como una manera de llamarnos más alto y profundo en nuestra relación con Dios y la gente.
- Tome un tiempo y simplemente siéntese con Jesús y medite en las palabras de los versículos 12-13. Dele a Dios el espacio para revelar aquellas áreas en su vida que necesitan ser “rendidas” para que usted pueda amar a la gente como Dios lo ama a usted.
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