Tome tiempo para el cuidado personal durante este tiempo de crisis.

A medida que los brotes del coronavirus continúan propagándose a nivel global, el desenlace continúa siendo un objetivo en movimiento. Mientras tanto nosotros, como pastores y líderes de la fe, aún debemos cuidar a las personas, muchas de las cuales están sintiendo un aumento en la ansiedad rayando en pánico. Permítanme ofrecer estas 10 breves pautas para ayudar a enmarcar nuestro pensamiento y posteriormente, nuestra respuesta solidaria.

  1. Monitoree y siga las pautas sanitarias. Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), la Organización Mundial de la Salud y los departamentos de salud estatales y locales están monitoreando la situación de cerca. Siga sus directrices. Manténgase sano usted mismo. Evite y aconseje a otros evitar, “soluciones de internet” a esta crisis. Hay más que suficiente información falsa en las redes sociales que confundirán e incrementarán la ansiedad aún más. Ciñámonos a la información oficial que está documentada.
  2. Sea una presencia no ansiosa. Presentarse tranquilo, emocionalmente presente y libre de ansiedad, genera confianza y provee la forma correcta de cuidado en cualquier crisis, sea por un corte con papel o una pandemia. Para que como pastores podamos presentarnos de manera no ansiosa significa manejar nuestros propios sentimientos de tal forma que ni intentemos huir de la situación ni inundarla con nuestras propias emociones o ansiedades.
  3. Esté presente para la gente, aún si no es en persona. Como todos hemos descubierto en semanas recientes, este es un tiempo en el que podemos hacernos presentes para la gente de manera digital. No es lo mismo que poder alcanzar y sostener una mano. Sin embargo, somos afortunados de tener esta opción viable. Probablemente usted ya está conectado con la gente a través de varias plataformas sociales, así que úselas —con cuidado—para ofrecer su apoyo.
  4. Escuche con amor. No importa qué giro tome una crisis, uno de los regalos más duraderos y poderosos que podemos ofrecer es escuchar. Al escuchar, encarnamos el amor de Dios, el amor de una comunidad más amplia (la iglesia), el amor de la vida misma. Escuchar compasivamente es exactamente lo que la gente necesita cuando enfrenta las circunstancias abrumadoras e incontrolables de una crisis.
  5. Halle formas de hacer comunidad. El deseo humano de ser útil es increíblemente fuerte. Aunque una crisis pueda llevar a algunos a retraerse, también puede ser una oportunidad significativa para aunar esfuerzos y apoyarse el uno al otro.
  6. Ayude a la gente a asumir una visión a largo plazo. Halle formas de recordar a la gente que la presencia amorosa de Dios estuvo aquí antes del virus mismo, y que estará aquí mucho después de que el COVID-19 haya amainado. Vernos a nosotros mismos como parte de un panorama mucho más grande ofrece estabilidad y esperanza. Puede ayudarnos a mantener un sentido de esperanza sobre la presencia amorosa de Dios en nuestras vidas, aún cuando las circunstancias amenacen con atenuar nuestra esperanza.
  7. Mantenga los valores vivos. Los obreros de hospicios y los capellanes a menudo dicen que la gente muere de la manera en que vivieron. En tiempos aterradores como el presente, nuestro trabajo es hacer un llamado a la gente a vivir en su mejor sentido de cómo estar en el mundo. Esto no significa ser deshonestos sobre la crisis y sus amenazas. Pero sí significa que seguimos apoyándonos en la presencia sustentadora de Dios, amando a nuestro prójimo y enfrentando la muerte con el mismo propósito y valores con los cuales enfrentamos la vida.
  8. No tema hablar sobre la muerte. Al hablar con gente temerosa, rápidamente pudiésemos acceder a un temor subyacente a la muerte misma. Si este giro se da en una conversación que usted está teniendo, no lo suprima. Ayudar a la gente a hacer un buen duelo—antes, durante y después de alguna pérdida—les ayuda a vivir mejor en cada área de la vida. Crear espacio para hablar sobre la muerte significa expandir nuestras capacidades para vivir cada momento como un regalo.
  9. Ore. No solo prometa orar, hágalo. Las oraciones habladas por la gente que está ansiosa y en gran necesidad, pueden cambiar el significado de una situación. Pero esté alerta, en tiempos de trauma y crisis, usar demasiadas palabras puede sonar fingido—y las oraciones pueden ser percibidas como juicio o consejo sermoneador.
  10. Retírese. Recuerde que usted también es una criatura finita y limitada. Atienda sus propias necesidades. Si se encuentra en una situación demandante de proveer cuidado, invite a algún otro de su equipo a tomar turnos con usted en proveer cuidado. En una crisis es tentador creer que tenemos que dar o hacer todo ahora. Mayormente esto no es posible. El descanso sabático no es un lujo. El cuidado personal no es egoísta. A medida que este brote continúe desarrollándose, tome medidas para renovar su propia energía y esperanza en el Espíritu de Dios.

es el pastor asociado principal de The Church on The Way (Iglesia Cuadrangular Van Nuys) en Van Nuys, California.
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