Mientras la guerra hace estragos a casi un mes después de que la invasión rusa de Ucrania crease una crisis de refugiados por toda Europa, los obreros y ayudantes de Misiones Cuadrangulares Internacionales (FMI) continúan haciendo una diferencia en las vidas de innumerables víctimas. Y, si bien sus historias puedan no acaparar los principales titulares, estos servidores dedicados están ofreciendo ayuda de maneras prácticas que brindan esperanza en una situación aparentemente desesperada.
Una de las más conmovedoras de estas historias es la de Nana, una madre adoptiva de dos jovencitas. Habiendo huido a Eslovaquia, la familia encontró refugio en una casa para refugiados en el Parque Horsky, Bratislava, donde Gary y Joy Peiss sirven como obreros globales Cuadrangulares bajo la Iglesia Apostólica de Eslovaquia (ACS) y como pastores de la iglesia City Church International en Bratislava.
Después de darles galletas y chocolate, Joy preguntó si necesitaban algo más. Debido a la barrera del idioma, Joy tuvo dificultad en un inicio para entender la respuesta de Nana.
“La mujer usó gestos con las manos y expresiones emocionales para ayudarme a entender”, dice Joy. “Me di cuenta de que la más pequeña necesitaba una muñeca para abrazar, para ayudarle a dormir. En ese momento de comprensión, sentí que esto era lo más importante que se me había pedido hacer hasta ese punto”.
“Dios es bueno”, dice Gary, añadiendo que las reacciones de los refugiados a quienes ayudan son, más que nada, expresiones de gratitud. “Algunos están demasiado quebrantados para compartirlo de una manera realmente expresiva, pero gratitud, a menudo acompañada de lágrimas y abrazos”.
“Cada día, obreros de FMI están sirviendo a estos refugiados hallándoles hospedaje, suministros de comida de emergencia, medicinas, ropa y comunidad humana frente al mal”. —Jeff Roper, director asociado global de FMI para Europa y MENACA
Jeff Roper, director asociado global de FMI para Europa y MENACA (Medio Oriente, Norte de África y Asia Central), dice que el número de personas ayudadas alcanza a los miles.
“Cada día, obreros de FMI están sirviendo a estos refugiados hallándoles hospedaje, suministros de comida de emergencia, medicinas, ropa y comunidad humana frente al mal”, explica Jeff. “No podría estar más orgulloso de los obreros de FMI de lo que ahora estoy. Todos nos sentimos abrumados por la magnitud de la necesidad. Pero está haciendo una diferencia para miles de familias que están sufriendo pérdidas increíbles, y un profundo temor y ansiedad”.
En Polonia, que ha aceptado la mayor cantidad de refugiados, el obrero de FMI, Travis Mielonen dice que la Cuadrangular está haciendo una diferencia al conocer a la gente no solamente por sus necesidades, sino por sus nombres.
“No solo queremos colocar a la gente en camas y cuartos”, declara Travis. “Queremos proveer conexión humana, conocer sus historias, y proveer tanta dignidad humana como sea posible en estos momentos tan díficiles”.
En Eslovaquia, Gary y Joy Peiss de City Church están coordinando con iglesias ACS a nivel nacional y la organización de ayuda humanitaria eslovaca, Integra, para satisfacer necesidades en la frontera, dentro de la ciudades en el oriente y en Bratislava. Esto incluye conectando refugiados que llegan con el hospedaje ofrecido y asegurándose que las necesidades sean suplidas en un hogar de refugio a corto plazo.
Gary dice que City Church está enfocando sus esfuerzos en tres áreas principales, comenzando con asistencia local a refugiados. En segundo lugar está la ayuda en Ucrania misma, enviando buses con suministros a la nación azotada por la guerra y regresando con unos 50 refugiados por viaje. En tercer lugar está la logística para ayudar a los refugiados con comida, ropa, hospedaje a corto plazo o transporte.
Mientras que actualmente están viendo más necesidades de hospedaje a corto plazo con la ola inicial de refugiados, cuanto más dure la guerra, más probable será que enfrenten necesidades a largo plazo, dice el obrero de FMI.
“Estas serán personas que estuvieron renuentes en salir hasta que la guerra estuviese literalmente a la puerta de sus casas”, dice Gary. “Y, quienes no tenían amigos o familiares con los que pudieran quedarse en otras partes de Europa”.
En Polonia, Travis y su esposa, Alexis, están hallando que su primer trabajo directo con refugiados es alentador, al asociarse con Foursquare Disaster Relief (FDR) en la frontera, hospedar personas desplazadas en su hogar, y movilizar a otros a ayudar a llevar esperanza. El aspecto más gratificante es ver que se levantan cargas cuando la gente se da cuenta de que están en un entorno seguro, confiable y que ofrece ayuda, uno donde pueden procesar su situación con libertad.
Una de sus experiencias más conmovedoras con una familia de refugiados involucró a un voluntario estadounidense-ucraniano que vino a Cracovia con su esposa. El primer día en la casa de los Mielonen, los ucranianos pudieron encontrar la forma para que sus padres, que todavía estaban en Kiev, llegasen a Polonia. Debido a que la mujer se cae mucho y el esposo tiene demencia, habían temido que la anciana pareja se llegara a separar.
“Sin embargo, por medio de una red de iglesias, fueron bien cuidados durante todo el trayecto”, afirma Travis. “Aunque llegaron solo con la ropa que llevaban puesta, fue una hermosa reunión en la frontera polaca”.