¿Qué pasaría si tuviéramos que experimentar un cambio climático global que causara que los niveles del mar subieran o bajaran significativamente? No estoy comentando sobre la política o la causa, simplemente imaginando las implicaciones. Las habilidades de capitán, por ejemplo, todavía serían validas, pero algunas cartas de navegación estarían casi obsoletas.

Imagine lo que significaría para los agricultores: sequía donde una vez hubo lluvia, y fuertes lluvias en lugares una vez áridos. Las habilidades de agricultura seguirían validas, pero muchos de los cultivos y técnicas necesitarían ser ajustadas. Mi punto es que las disciplinas básicas y centrales a menudo permanecen, pero los métodos y mapas deben cambiar.

Les propongo que estamos en una temporada de cambio climático espiritual. Estas temporadas no suceden muy seguido; sin embargo, podemos animarnos, ya que el evangelio ha florecido a menudo durante tiempos como estos.

En pocas palabras: El mensaje central del evangelio y nuestras habilidades centrales siguen siendo las mismas, pero los métodos y el estilo de ministerio tal vez tengan que cambiar. Estos a menudo están profundamente arraigados, pero durante el último año he visto a todos, desde preescolares a Antecesores, descubrir las llamadas por Zoom, ¡así que sé que todos se pueden ajustar y adaptar!

Tormenta vs. cambio climático

Cuando experimentamos una tormenta, la “soportamos” para regresar a la normalidad; pero en un escenario de cambio climático, debemos innovar y descubrir una nueva manera de avanzar. Esta no es una tormenta. La vieja normalidad ya no está disponible para nosotros.

La historia de la iglesia y las misiones cuenta historias de grandes cambios como los que estamos atravesando ahora. Por ejemplo, hemos visto al ministerio transferido a las manos de laicos/laicas. Hemos visto el evangelio traducido a lenguas maternas y contextualizado localmente, plantando ríos en “desiertos espirituales” previamente áridos.

“El mensaje central del evangelio y nuestras habilidades centrales siguen siendo los mismos, pero los métodos y el estilo de ministerio tal vez tengan que cambiar”. —Ted Vail, D.I.S.

Estamos moviéndonos de competitivos a colaborativos. Realmente estamos en el mismo equipo en el cuerpo de Cristo y solo prosperaremos si nos unimos. Estamos viendo culturas orientadas al individualismo cambiar a unas orientadas al grupo y vice versa. Aun la manera que la gente  recibe el evangelio y es discipulada está cambiando, aun en Estados Unidos. Este es un cambio global trascendental.

Proclamación y demostración del evangelio. En Hechos 1:1, Lucas mencionó “todo lo que Jesús comenzó a hacer y enseñar” (NVI). La gente sí necesita escuchar las Buenas Nuevas, pero a menudo también necesitarán verlas. No solamente predicamos la cruz y la resurrección; tenemos la demostración del Espíritu en poder y compasión.

Innovación. Algunos de los antiguos mapas de navegación puede que no sirvan tan bien, pero su Biblia sí, y usted puede ser guiado por el Espíritu Santo. Nos tenemos el uno al otro, y juntos como movimiento global, podemos hacer discípulos que cambian naciones. Lea Mateo 13:52 con una mirada fresca; piense en qué innovación puede usted sacar de su tesoro.