Si ha estado en mi sala de consejería en el Centro de Renovación Espiritual (CSR) Este, o lo estará en el futuro, es probable que juegue un pequeño juego conmigo. Me gusta preguntarles a los pastores: “Cuando piensa en todos los roles que desempeña como pastor, o la multitud de roles que se espera que desempeñe, o el sinnúmero de tareas de las que es responsable, ¿cuál cree que es esa tarea más importante que tiene?”.

Sé que es difícil elegir solo una tarea, pero sígame la corriente. Vaya y piense en ello ahora mismo. ¿Tiene alguna en mente? Podría responder: “Discipular a la gente”. Esa es una gran respuesta y quiero que la mantenga cerca del comienzo de su lista, ¡pero no es la respuesta correcta! No me tomaré el tiempo de repasar las otras dos respuestas comunes erróneas, pero siempre pasa así. No recuerdo que nadie haya respondido correctamente la primera vez.

Si usted no hace la obra interna de diferenciar el plan de Dios para usted de los planes de todos los demás (especialmente aquellos que usted lidera), ¡el ministerio lo devorará a usted!

La mayoría de pastores están muy sorprendidos cuando revelo que creo que la tarea más importante de todo pastor es “la diferenciación”. De hecho, la perplejidad es la respuesta más común a esta creencia fundamental que tengo de lo que usted hace como pastor. Las dos preguntas más frecuentes que tienen los pastores sobre mi creencia en el valor de la diferenciación son estas:

Pregunta #1: Paul, ¿por qué razón usted cree que la diferenciación es la tarea más importante de todo pastor?

Mi respuesta: Bueno, ¿recuerda la declaración de Billy Graham en casi todos sus avivamientos (y, a propósito, cuantas veces usted ha declarado esto usted mismo al predicar)? “Dios te ama, y ¡Él tiene un plan maravilloso para tu vida!” Creo que la diferenciación es la tarea más importante de todo pastor porque he aprendido que Dios lo ama (¡Él realmente, realmente lo hace!)—y todos los demás tienen un plan maravilloso para su vida. Si usted no hace la obra interna de diferenciar el plan de Dios para usted de los planes de todos los demás (especialmente aquellos que usted lidera), ¡el ministerio lo devorará a usted!

Pregunta #2: Paul, veo algunas listas de “descripciones de trabajo” de un pastor a lo largo de la Biblia, y nunca he visto la palabra “diferenciación” en ninguna de ellas. ¿De dónde usted saca esa idea en la Biblia?

Mi respuesta: Tengo una sola palabra para usted: Jesús. Siéntese con su Biblia y un cuaderno (aunque sea digital), y lea los Evangelios de principio a fin. Anote cada pasaje donde Jesús dijo: “No” o “No es Mi tiempo” o “No sucederá de esta manera”. Cada vez que hizo esto, Él estaba diferenciándose a Sí Mismo del plan que todos los demás tenían para Su vida.

Un par de ejemplos:

  • Cuando los padres de Jesús descubrieron que Él no estaba en la caravana de camellos que había salido de la ciudad, ellos regresaron a encontrarlo en el templo (Lucas 2:41-52). El lugar perfecto (en mi opinión) para que Jesús afirmara el quinto mandamiento diciendo: “¡Lo siento mucho, Mamá y Papá! ¡Debería haberlos honrado!” En cambio, cuando le preguntaron dónde estaba, Él declaró que estaba exactamente donde se suponía que debía estar—“¿No sabían que tengo que estar en la casa de mi Padre?” (Lucas 2:49, NTV).
  • En la boda, cuando Su propia madre le pidió solucionar el problema de que el vino se había acabado, Jesús eventualmente realizó ese primer milagro (Juan 2:1-11), pero Su respuesta inicial fue: “Todavía no ha llegado mi hora” (Juan 2:4, NVI).
  • En el acantilado, mientras la multitud enfurecida planeaba arrojarlo contra las rocas de abajo, Jesús hizo el movimiento del “Teletransportador de Viaje a las estrellas” al “pasar por en medio de ellos” (Lucas 4:30, NBLA). Al hacerlo, esencialmente estaba diciendo: “Mi día llegará, pero no así ni ahora” (Lucas 4:28-30).
  • Aún en la cruz, con la multitud diciendo que si Él realmente era quien decía el letrero sobre Su cabeza que era, Jesús hubiera podido bajarse a Sí Mismo y ahorrarse el dolor. Por Su falta de respuesta, Él estaba básica y silenciosamente gritando: “¡Esta no es la forma cómo sucederá esto!” (Mateo 27:37-44).

Mi compañero pastor, no importa su necesidad el día de hoy, ya sea que sea:

  • saber quién está con usted cuando usted siente que nadie lo está
  • que necesita un sentido de afirmación cuando el ministerio no está yendo en la dirección que usted creía que iría
  • que le falta apreciación por todo lo que usted hace
  • que inseguridades agobiantes están apoderándose de su alma, dejándolo preguntándose si el ministerio vale la pena o no

… sepa que “porque han participado en el evangelio desde el primer día hasta ahora. Estoy convencido de esto: el que comenzó tan buena obra en ustedes la irá perfeccionando hasta el día de Cristo Jesús” (Filipenses 1:5-6, NVI).

Parte de ese trabajo consiste en prestar atención al trabajo interno, vivificante y del alma de permanecer conectado con quienes le rodean, sin permitir que sus respuestas o reacciones determinen las suyas—lo que resulta ser una de mis definiciones favoritas de diferenciación.