Vivimos en una nación dividida sobre muchas cuestiones. Estamos viendo el tejido de nuestros Estados «Unidos» estirarse y en peligro de ser dañado irreparablemente. Necesitamos dirección divina, y también necesitamos líderes compasivos comprometidos a la justicia y a la misericordia. La historia nos ha mostrado que cuando una nación se dirige con generosidad y cuidado, prospera, pero cuando las naciones dirigen con hostilidad y odio, fracasan.
En algún momento, nuestra nación estaba tan engañada por nuestras ilusiones que justificamos el maltrato y la explotación de una raza entera de gente. Ni aun la terrible Guerra Civil erradicó la raíz de la maldad. Muchos años después, Dios levanto a Martin Luther King Jr., para confrontar nuestro pecado y dirigir nuestra nación a un futuro diferente. Aun así, el hilo del racismo y elitismo aun permea en nuestra nación. Leyes que fueron diseñadas para proteger a la gente inocente quedan al margen una y otra vez, exponiendo las fuerzas diabólicas de la injusticia.
Hoy, más de 800,000 «Soñadores» están en riesgo de ser deportados debido a la amenaza de derogar DACA (Acción diferida para los llegados en la infancia). Se le han señalado seis meses al Congreso para llegar a un plan viable mediante la legislación. Si se fracasa en llegar a una solución viable esto pondrá a muchos en riesgo y muchas familias pueden ser separadas. Nosotros de manera inequívoca estamos en contra de la deportación de aquellos que han sido protegidos por DACA. Y nosotros, sin reparo alguno, apoyamos a los que se encuentran en medio de este infortunio. Los cubrimos con nuestro amor y apoyo.
Muchos buscan soluciones políticas, y la legislación de nuestra nación es importante. Pero, por el bien de nuestro futuro, mi oración es que encontremos el balance entre la ley y la misericordia. Hay poco que debatir que el Dios de Abraham, Isaac y Jacob dirigieron una revolución de la misericordia en los tiempos del Nuevo Testamento, desafiando a los líderes religiosos del momento. Esto elevó el valor de los «menores» entre ellos y clamó por la justicia, la compasión y la inclusión. Jesús fortaleció el mandamiento levítico de amar a nuestros prójimos cuando los colocó en su declaración, «Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con todas tus fuerzas, y con toda tu mente; y a tu prójimo como a ti mismo» (Lucas 10:27, RV60).
Estoy agradecido de pertenecer a un movimiento eclesiástico que es más como una familia que una denominación. Estoy agradecido de permanecer a un movimiento eclesiástico en donde siempre ha actuado más como familia que una denominación. Nosotros no revisamos a las personas que entran por nuestras puertas para ver si son santos o pecadores, miembros o no-miembros, documentados o indocumentados. La Escritura habla de las casas de adoración como «santuarios». Son lugares seguros que nos ayudan atenuar nuestros errores. Dan voces diciendo que todos somos receptores de las misericordias, de la gracia y del perdón de Dios. Han de ser casas de adoración y oración para todas las naciones.
Jesús siempre priorizó a los que estaban dolidos, a los desplazados, atados, ciegos o marginados. Estaba consciente de la ley, pero él guiaba con el corazón y la prioridad de Dios. Yo quiero permanecer al lado de la misericordia, no la religión; la compasión, no la insensibilidad. No podemos permanecer en silencio. Estamos en contra de la injusticia y actuaremos según las leyes de Dios. Respetamos y nos sometemos a las leyes de nuestra tierra, pero alzaremos nuestra voz y las desafiaremos cuando las mismas comprometan las leyes de Dios. Todos somos ciudadanos de un reino celestial sin importar a cuál nación terrenal pertenecemos.
Le pedimos a nuestro gobierno a que aporte una solución legislativa permanente para los Soñadores lo más pronto posible – una que les permitirá seguir trabajando, estudiando y contribuyendo de maneras significantes a sus comunidades y a la nación. También le pedimos al gobierno que abra camino para obtener un estado legal aquí en los EE.UU. Los Soñadores fueron traídos a este país como niños y la mayoría no conocen otro hogar. Ahora están viviendo con temor y con la incertidumbre debido a la falta del estado legal. ¡Los apoyamos y les damos la bienvenida en Cristo!
Animamos a los pastores y líderes a que se familiaricen con los temas y las leyes, y los caminos por los cuales las voces de los Soñadores puedan ser escuchados. Por favor tómense el tiempo de conectarse con los recursos, la oración y las escrituras a continuación.
RECURSOS
Los siguientes son recursos que les pueden ser útiles en lo que usted estudia espiritualmente, estratégicamente y hábilmente estos temas críticos en oración:
Sito Web: El National Hispanic Christian Leadership Conference, dirigido por el orador en la Conexión Cuadrangular, Samuel Rodríguez.
Libro: Christians at the Border: Immigration, the Church, and the Bible por M. Daniel Carroll R.
ORACIÓN
Esta oración por el presidente Glenn Burris Jr. le guiará en lo que usted ora por todos los afectados por esta cuestión, y para aquellos a quien se les ha encomendado las decisiones que determinarán los resultados legislativos.
Padre, primero te pedimos por la protección de las muchas familias profundamente afectadas por la reciente decisión de DACA. Oramos en contra del temor y la ansiedad que se está formando en sus mentes y corazones. Que la paz de Dios gobierne sus corazones. Oramos por la sabiduría, la protección y la provisión. Declaramos el amor, la gracia y la misericordia sobre ellos hoy día como familia. En medio del dolor y la incertidumbre insólita, tráeles confort por tú Espíritu. Dales esperanza por el futuro. También te pedimos por los que tienen por tarea la legislación. Te pedimos que los empoderes para dirigir con humildad, justicia, misericordia y gracia. Que tomen acciones motivadas por estas características en vez del temor y el proteccionismo. Que la sabiduría y compasión de Dios reine sobre nuestra nación. Te lo pedimos en el nombre de Jesús.
Amén.
ESCRITURA
Este poderoso pasaje en la Escritura delinea las prioridades de Dios para nosotros y su bendición acompañante cuando las seguimos.
Isaías 58:6-9 (NVI)
«El ayuno que he escogido, ¿no es más bien romper las cadenas de injusticia y desatar las correas del yugo, poner en libertad a los oprimidos y romper toda atadura? ¿No es acaso el ayuno compartir tu pan con el hambriento y dar refugio a los pobres sin techo, vestir al desnudo y no dejar de lado a tus semejantes? Si así procedes, tu luz despuntará como la aurora, y al instante llegará tu sanidad; tu justicia te abrirá el camino, y la gloria del Señor te seguirá. Llamarás, y el Señor responderá; pedirás ayuda, y él dirá: «¡Aquí estoy!»