Cada nueva generación tiene el potencial de experimentar un nuevo mover de Dios. Niños y jóvenes pueden ser usados por Dios para hacer grandes avances en el Reino de Dios. Los doce discípulos de Jesús comenzaron a seguirle en su juventud. No solo eso, sino que los niños también tenían un lugar especial en la vida de Jesús. Según varios estudios, y según lo que he visto en muchos años de pastorado, siempre hay algo especial que Dios quiere hacer en las vidas de niños y jóvenes. Nuestras iglesias deben ser diseñadas de tal manera que los propósitos de Dios puedan ser cumplidos en sus vidas. Jesús dijo en Mateo 19:14, “Dejen que los niños vengan a mí. ¡No los detengan! Pues el reino de los cielos pertenece a los que son como estos niños”.

“Dejen que los niños vengan a mí.” La palabra “dejar” que Jesús usa aquí significa permitir. Literalmente lo que Jesús está diciendo es que los niños deben tener acceso libre a Él. No hay ningún requisito de creencia, actitud, o acción para ser bienvenido a los brazos de Jesús. Los niños quieren pertenecer a una familia, a una iglesia, y a Cristo también. Hay una frase que usamos en nuestra iglesia: “Pertenecer antes de creer”. Creemos que todos son bienvenidos sin importar de dónde vienen, lo que creen, o qué pecados haya en sus vidas. ¡A veces queremos que los niños y jóvenes actúen como adultos! Jesús no puso ningún requisito así. Él los acepta tal y como son y nuestras iglesias deben hacer lo mismo con los niños y jóvenes en nuestras ciudades y comunidades. ¿Cómo estamos creando un ambiente de bienvenida en nuestra iglesia para niños y jóvenes?

“¡No los detengan!” La palabra “detener” que Jesús usa aquí significa rechazar, negar u obstruir. Lo que Jesús está diciendo aquí es que no debemos retener ninguna bendición o poner obstáculos en el camino para que los niños experimenten la presencia de Jesús en sus vidas. Muchas veces, nuestras maneras, estilos y reglas son obstáculos en el camino de la próxima generación, impidiéndoles llegar a los brazos de Jesús. En nuestras iglesias, nuestro trabajo es eliminar todas las barreras humanas para que un niño o joven (y hasta los adultos también) pueda tener un camino claro y sencillo para llegar a los pies de Cristo. ¿Qué cosas en nuestra iglesia son impedimentos para que niños y jóvenes puedan conocer a Jesús?

“Pues el reino de los cielos pertenece a los que son como estos niños.” Esta frase que Jesús usa es muy interesante. Les invito a tomar en serio lo que Jesús está diciendo aquí. Él dice que su reino, su gloria, su autoridad y su bendición pertenecen a los niños (y a los que son como ellos). Yo creo, sin duda alguna, que es el trabajo de nuestras iglesias entrenar y levantar a la próxima generación a ser agentes del Reino de Dios. Los niños y jóvenes no solo son el futuro de la iglesia, ellos son la iglesia de ahora. ¿Cómo podemos activar los dones y talentos de nuestros niños y jóvenes hoy para que tengan impacto en el Reino de Dios?

Debemos aprovechar todo lo que tenemos: relaciones, recursos y la presencia y poder de Dios, para dar acceso, eliminar obstáculos, y levantar a una nueva generación de niños y jóvenes para la gloria de Dios.