No hay una fuente de la juventud. Mientras nuestros cuerpos envejecen y sentimos el peso del tiempo, es fácil entender la razón que la gente la ha buscado con tanto esfuerzo.
En estos días trabajamos para retrasar el envejecimiento. Vivimos de manera que el envejecimiento sea más tolerable y menos doloroso. Pero negar la realidad no cambia el hecho de que envejeceremos.
En vez de enfocarnos en perseguir la juventud o evitar algo del dolor de envejecer, lo que debemos hacer es enfocarnos en la Fuente de Vida: Jesucristo.
Jesús dijo, “Yo soy el camino, y la verdad, y la vida…” (Juan 14:6, RVR1960). Esta fuente de vida no es un concepto impreciso – sino que es realmente “agua viva” (Juan 4:13-14).
Pasamos tanto de nuestro tiempo persiguiendo cosas que son solamente ilusiones. Hoy, recuerde que Jesús es la única búsqueda que a la larga satisface.
Reflexione + Ore
1. ¿Usted teme el paso del tiempo o el envejecimiento? Entregue a Dios cualquier temor de cambio en usted.
2. Pídale a Jesús que le dé nuevamente de Su “agua viva” que satisfaga la sed de su espíritu.
3. Piense en cómo puede animar e incluir a los más ancianos en su comunidad, involucrándolos más en el compañerismo.
4. Ore por los Capellanes Cuadrangulares y descargue la guía de oración mensual aquí.
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