Steve Thompson (imagen: archivo del Seattle Times)

Steve Thompson tiene una posesión única con la que muchos soñarían: un anillo de campeonato como miembro de los New York Jets de 1968-1969 con el miembro del Salón de la Fama, Joe Namath—el único equipo de los Jets en jamás ganar un Super Bowl. Cuando Steve usa ese anillo, llama la atención de muchos.

“Realmente lo hace, particularmente en Nueva York”, dice Steve, de 77 años, quien pastoreó la iglesia Marysville Foursquare Church en Marysville, Washington, durante 24 años, traspasando la iglesia a su hijo, Aaron Thompson, en el 2015. “El anillo es lo suficientemente grande y tiene suficiente brillo que, si la conversación se torna aburrida, solo me rasco la barbilla con el anillo”.

Dios ha usado la historia y el conjunto de habilidades únicos de Steve para abrir raras puertas ministeriales en el sitio de trabajo. El tacleador defensivo de 6 pies, 5 pulgadas, y 250 libras con los Jets puede haberse jubilado recientemente del pastorado, pero todavía está en una misión con un llamado—como misionero a Wall Street.

“Siento que estoy de turno con el Señor. Dios me dijo: ‘No te concentres demasiado en tu edad. Soy mucho mayor que tú’”. —Steve Thompson

Disponible para Dios

Steve y su esposa, Starla, hicieron recientemente su cuarto viaje a Nueva York en el último año para poder ministrar a los miembros influyentes de Wall Street.

“Siento que estoy de turno con el Señor”, dice Steve, cuyos estudios doctorales en liderazgo transformacional lo ayudaron a prepararse para este ministerio. Como también lo hizo el mentoreo que recibió a lo largo de los años de líderes Cuadrangulares legendarios, incluyendo a Ron Mehl, Tom Ferguson (quien incorporó a Steve al personal antes de que Steve plantara una iglesia) y Roy Hicks, Jr. “Dios me dijo: ‘No te concentres demasiado en tu edad. Soy mucho mayor que tú’”.

Habiendo jugado la mayor parte de su carrera profesional de fútbol americano en Nueva York, Steve había hecho una serie de contactos allí. Entre sus asociados se hallaba un socio de negocios que también se sintió llamado al ministerio en el sitio de trabajo. En el 2004, ellos formaron una organización sin fines de lucro llamada Wall Street Paradigm.

El llamado de Steve a Wall Street se produjo a través de un sueño ese año, de un hombre que vestía un traje de tres piezas. Mientras el hombre estaba de pie ante el tribunal, Jesús le preguntó: “¿Qué hiciste con los $6.7 mil millones que te di para administrar?”

Después de que el hombre protestara que había levantado su negocio, Jesús señaló que le había dado buenos padres y que había abierto numerosas puertas en su vida. El hombre respondió: “¿Cómo es que nadie jamás me lo dijo?”

En ese momento, el Señor se volteó y preguntó: “Steve, ¿irías a Wall Street y les dirías?”

“Me tomó todos estos años obtener la luz verde”, dice Steve, quien luego hizo contactos adicionales en Wall Street a través de otro estudiante en el Seminario Teológico Gordon-Conwell de Boston, donde Steve estaba estudiando para su doctorado. “No fue sino hasta el otoño de 2021 que tuve luz verde para ir. Dios me dijo: ‘Cuando vayas, sabrás qué hacer’”.

Hasta ahora, Steve ha participado en grupos de oración, iglesias en casas y ministerio en el sitio de trabajo. Él plantea tres preguntas a aquellos con los que se encuentra: (1) ¿Sabe que Dios le ha llamado a Wall Street? (2) ¿Sabe que el diablo odia que trabaje en Wall Street? y (3) ¿Sabe que algún día rendirá cuentas a Dios por cómo administró los recursos de otras personas en Wall Street?

Steve Thompson

Ministerio en Wall Street

“Mucha gente en Wall Street nunca ha sido validada en su trabajo”, afirma Steve. “No entienden cómo pelear la guerra espiritual en el trabajo, y no saben que un día le responderán al Señor sobre cómo manejaron el dinero de otras personas”.

Desde entonces, Steve desmontó la organización sin fines de lucro, por lo que ahora va a Nueva York como misionero de la iglesia Marysville Foursquare Church. Hasta que renunció a fines de agosto, pasó cinco años adicionales como pastor asistente liderando el grupo de adultos mayores de la iglesia.

La última misión de Steve da crédito al mensaje que entregaba regularmente en los almuerzos de los adultos mayores: Deberíamos ser la «punta de lanza»—los miembros más llenos de fe porque hemos cometido la mayor cantidad de errores y visto la mayor cantidad de milagros.

“Estoy motivado a hacer las cosas que Dios ha puesto en mi corazón”, le dijo al grupo. “¿Qué te está moviendo Dios a hacer? Puede ser pasar tiempo con tus nietos u otra persona, o en la Palabra”.

El hijo de Steve, Aaron, reemplazó a su padre como pastor principal de la iglesia Marysville Foursquare en el 2015. Aaron dice que el que su padre se aventure a los 77 años refleja una de las principales lecciones que su padre le enseñó sobre el pastorado: una disposición de probar cosas nuevas, de ser aventurero y valiente.

“Vi a mi papá hacer muchas cosas tratando de servir al Señor”, explica Aaron. “Ese era un valor fundamental de mi padre. Cuando tenía 16 años, me tomé todo un año libre de la escuela secundaria para ir a trabajar en un orfanato en Guatemala”.

Como Steve no pasará todo su tiempo en Nueva York, Aaron espera seguir viendo a su padre en los cultos. Además de orar con la gente, Steve ocasionalmente habla o recoge la ofrenda.

“Se siente genial tenerlo de vuelta”, dice Aaron. “Creo que su ejemplo para nuestra iglesia hoy es: Aún no has terminado”.

es un escritor independiente y editor de libros en Huntington, West Virginia.