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Juan Muzquiz

Moisés empezó a ver los milagros de Dios. Algunos estaban diseñados para fortalecer su fe y para experimentar personalmente al Dios invisible.

Hebreos 11:27 dice: «Por la fe dejó a Egipto, no temiendo la ira del rey; porque se sostuvo como viendo al Invisible» (RV1960).

Por 28 años hemos pastoreado a más de 10,000 familias bregando con drogadicción o problemas de pandillas. Nunca nos imaginamos trabajar con esta población ya que mi familia y yo no crecimos en este tipo de ambiente. Sin embargo, fuimos obedientes. Hasta este día, nos gozamos en ver cómo el Invisible ha sanado y restaurado a tantas familias y cómo están sirviendo actualmente en el ministerio.

Moisés hizo partir el Mar Rojo, y salieron hacia el desierto. Cuando llegaron a Mara no pudieron beber las aguas de Mara porque eran amargas (Éxodo 15:22-25). En nuestra travesía, también hemos enfrentado momentos muy difíciles y amargos. Uno de esos momentos fue cuando mi hija, Marely, fue diagnosticada con cáncer y se le dijo que sólo tenía siete meses de vida.

Yo clamé al Invisible y le pedí que se la llevara con él, a cambio, le serviría con todo mi corazón sin quejarme. Sin embargo, mi Señor hizo algo aún mayor. Doce horas después, mientras hablaba con el oncólogo, el gran tumor comenzó a desvanecerse y Marely fue limpiada del cáncer. Vimos al Dios Invisible y lo experimentamos a un nivel personal. La sanidad de Marely fue un gran testimonio para los médicos, nuestra familia y nuestras amistades.

En la obediencia no existe tal cosa como la confusión. Ahora comprendo que el éxito de los cristianos radica en la obediencia. Caminamos en obediencia. Aun cuando no nos gusta la orden, la seguimos. En los momentos más difíciles, Dios siempre tendrá la respuesta adecuada y hasta nos sorprenderá con milagros.

Hay personas que me preguntan: «¿Qué si Dios hubiera dejado morir a tu hija? ¿Qué hubieses hecho?» Mi respuesta es y siempre será la misma: «Todavía le serviría con todo mi corazón porque me hija hubiese muerto viendo al Dios Invisible».

Puntos de Oración

  1. Ore que digamos inmediatamente «Sí, Señor» y obedezcamos cuando Dios nos llama a hacer algo.
  2. Ore que nos deleitemos en la obediencia para ver al Dios Invisible.
  3. Ore que no perdamos de vista al Dios Invisible cuando atravesemos por nuestros desiertos y encontremos aguas amargas.
  4. Ore que nuestras familias mantengan sus ojos fijos en el Dios Invisible cada día de sus vidas.

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líder nacional de la Iglesia Cuadrangular en México.
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