Randy Remington
Randy Remington

Necesitamos un poder obrando en nosotros más grande que la ira hacia la injusticia, la violencia y la maldad. Necesitamos amor.

Algunos de los más grandes reformadores del pasado—William Wilberforce, Nelson Mandela, Martin Luther King, Jr.—todos creyeron en una causa trascendente y en un universo justo. Hasta nuestra fundadora, Aimee Semple McPherson, fue conocida como una reformadora. En su ministerio, la Hermana Aimee fue valiente sin disculpas. Estuvo plenamente comprometida con predicar el amor de Dios para cada nación, como es revelado en la persona de Jesús (Juan 3:16).

El mundo está quebrantado. Simplemente estar furiosos no es la solución a los problemas que enfrentamos (Stgo. 1:20). Nuestra ira debe ser transformada en amor. Amarnos el uno al otro—aun a nuestros enemigos, es la prueba del discipulado genuino (Lucas 6:27-28). También es la motivación principal para nuestra lucha contra la injusticia.

Tenemos imperativos espirituales en juego. Si los ignoramos, sacando a Dios de la escena, no hay un estándar trascendente para la justicia, y nuestro compás moral titubea. Igualmente, cuando sacamos a Satanás de la consideración, tratamos de convertir a otros en “Satanás”, llevándonos a odiarlos y a alejar un amor unificador que nos redima a todos.

Canalice su tristeza, ira y angustia hacia la oración. Ore a través de sus emociones. No se deje controlar por ellas o se incline ante ellas. Cuando lleva las cosas a Dios en oración, eso cambia su corazón y convierte sus motivos en amor. La angustia y la desilusión que lo hacen sentir como si quisiera desmontarlo todo, necesitan ser llevados a Dios en oración para que Él pueda reconstruir. El llanto lleva a la renovación, pero la ira lleva a ningún lado. Si usted no la lleva a Dios, sólo será usted en una cruzada de justicia social y se consumirá.

El amor está en nuestro ADN, y el amar a Dios y el amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos debería ser nuestra guía ética.

Oración + Reflexión

  1. Pida al Espíritu Santo revelar todo lugar en su corazón donde el temor, la ira no resuelta o una ofensa puedan estar controlando sus respuestas a lo que está pasando hoy.
  2. Ore las Escrituras. La Biblia tiene muchas secciones que dan voz a la agitación interior (los Salmos, Lamentaciones, la oración de Jesús en Getsemaní). Escoja una para orar cuando se sienta airado, y pídale a Dios cambiar su ira en amor.
  3. Jesús dijo que Sus seguidores eran diferentes del mundo. Oramos por quienes nos hieren, aun por nuestros enemigos. Caminamos en perdón e impartimos gracia. ¿Hay alguien en su círculo de relaciones o en el sector público al que necesita perdonar?
  4. Ore por los asuntos más grandes arremolinándose y causando ira o tristeza en el mundo. Pídale a Dios por Sus ojos para ver los corazones de los demás y para que Su amor brille a través de usted.

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es presidente de La Iglesia Cuadrangular (Estados Unidos).
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