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Reflexione en la Palabra

La orfebrería es un oficio fascinante. Hermosas joyas, exquisitas monedas, arquitectura impresionante—todo ello nos señala a un creador.

Cuando vemos el oro en su estado bruto, nos preguntamos cómo se transforma de forma tan radical. Al principio es áspero y sin refinar, lleno de impurezas. La adición de fuego hace que experimente una metamorfosis hasta quedar suave e intrincado, lleno de valor.

Qué hermosa ilustración del Maestro Artesano. Dios mismo es el Fuego que Todo lo Consume, y Su Espíritu es el que bautiza con fuego, derritiendo las impurezas pecaminosas y endurecidas de nuestros corazones, para que nos volvamos suaves y maleables en Sus manos. Y después de que todo lo insignificante es consumido y separado, lo que queda es nuestro carácter, el fruto de Su labor y la obra de Sus manos. El fuego del avivamiento comienza en nosotros.

Oración + Contemplación