Escritura de Hoy

Reflexione en la Palabra

En el pasaje de 2 Corintios, Pablo se refiere a Moisés, contemplando la gloria de Dios en la hendidura de la roca en Éxodo 33. ¿Cómo debe ser estar cubierto por la mano de Dios? ¿Sentir el peso de Su presencia en la carne?

Experimentar esto cambió a Moisés—lo transformó irrevocablemente. Sabemos esto porque la Escritura nos dice que su rostro resplandeció, atemorizando a la gente (Éxodo 34:29-35). Moisés se cubría el rostro cuando no estaba en la presencia del Señor.

Debido al sacrificio de Jesús, podemos estar directamente en la fuente, ante el peso y la gloria de Dios, y no tenemos que tener miedo ni vergüenza. No tenemos que cubrirnos. Gracias a Jesús, la gloria de Dios que brilla en nosotros nunca se desvanecerá. En Su presencia, somos transformados cada vez más a la semejanza de nuestro hermoso Señor Jesús, por el poder del Espíritu Santo.

Oración + Contemplación