Día 2: La regeneración

He estado luchando con un pasaje en Lucas 8.

Un hombre del que habían sido echados muchos demonios, rogó ir con Jesús. “Pero Jesús le despidió, diciendo: Vuélvete a tu casa, y cuenta cuán grandes cosas ha hecho Dios contigo. Y él se fue, publicando por toda la ciudad cuán grandes cosas había hecho Jesús con él” (Lucas 8:38-39, RV1960).

Este hombre:

• había estado endemoniado por un tiempo.
• había rehusado usar ropa.
• había aterrorizado al pueblo.
• había sido incontrolable.
• había estado sin hogar, viviendo en sepulcros.

Un hombre loco, endemoniado y desnudo no es un candidato típico para misionero—¡sin embargo Jesús lo comisionó! Lucas nos dio una segunda descripción del hombre tras su liberación. Estaba vestido, en su sano juicio, sentado y escuchando a Jesús (v.35).

Esto se llama regeneración. Nueva vida. Solo Jesús puede cambiar a alguien tan drástica y rápidamente.

Tiendo a pensar que se requiere de mucha educación antes de que alguien esté lo suficientemente equipado. ¿Cuánto sabía este hombre cuando Jesús le envió? Me da la impresión que él tenía una teología desordenada e insuficiente. Me hubiera aterrado enviarlo.

Jesús tomó grandes riesgos con este hombre, pero Él había transformado la vida del hombre. Contarle a la gente lo que Dios ha hecho por nosotros comienza en la regeneración, no cuando alguien está organizado y hecho todo un experto.

Oración + Reflexión

• Pida que Dios cambie vidas radicalmente en su iglesia y comunidad, para que usted vea esta regeneración.
• El hombre en Lucas 8 pudiera haber pasado demasiados años en el “proceso de discipulado” en la iglesia. Que el Señor lidere la forma que equipamos, para que nunca interfiera con la forma que enviamos.
• Pídale a Dios que le ayude a contarle a todos sobre la regeneración que Dios ha hecho en su vida, sin preocuparse de cuán preparado usted esté para contarlo. Comparta de corazón.