Sterling Brackett

“¿Está adolorido? Ore. ¿Se siente muy bien? Cante. ¿Está enfermo? Llame a los líderes de la iglesia para que oren y lo unjan con aceite en el nombre del Maestro. La oración que cree lo sanará, y Jesús lo levantará. Y si ha pecado, será perdonado—sanado por dentro y fuera” (Santiago 5:13-15, MSG, traducción libre al español).

Tenía unos 10 años cuando una radiografía reveló tuberculosis en mi pulmón. Mi padre había muerto de tuberculosis cinco años antes, así que mis hermanos y yo necesitábamos tomarnos radiografías cada seis meses.

El domingo fui a la iglesia y pedí a los líderes que oraran por mí, pero no expliqué mi necesidad específica. Había memorizado Santiago 5:14-15, así que sabía que sería sanado si hacía lo que la Escritura decía.

Cuando mi madre y yo llegamos al centro de tratamientos al día siguiente, el médico ordenó otra radiografía antes de admitirme en el hospital. Pronto regresó para decirnos que no podía encontrar tuberculosis en mi pulmón.

Yo no estaba sorprendido— ¡sabía que el Señor me había sanado! Desde ese día en adelante no tuve problemas con la tuberculosis. Había sido restaurado por Jesús.

Santiago 5 dice que la oración de fe nos sanará, y Jesús nos levantará. Si confesamos nuestros pecados y oramos los unos por los otro, podremos vivir juntos completos y sanados.

SUB: Oración + Reflexión

1. Ore regularmente que usted mismo sea sanado, como dice Santiago 5 “por dentro y por fuera”.
2. Ore por aquellos a su alrededor, sea que parezcan físicamente enfermos o no, porque Jesús sana emocional y psicológicamente, como también físicamente.
3. Ore que el Señor lo haga sensible espiritualmente con todos los que conozca. Cuando alguien mencione estar enfermo, sea rápido en ofrecerse a orar por ellos. Cuando alguien se cruce en su camino y no pida oración, cuando no parezca estar enfermo, pida que el Señor traiga sanidad y plenitud a él/ella por dentro y por fuera.

ministro con credenciales, retirado de La Iglesia Cuadrangular.
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