La exhortación de Pablo a desear los dones espirituales en 1 Corintios 14:1es precedida por un mandamiento esencial que debe ser la motivación para todos los dones espirituales: “Persigan el amor.” Esa búsqueda nos dirige a un sincero deseo por los dones espirituales.
¿Por qué anhelar los dones espirituales? Para poder amar como Cristo ama: derramando gracia abundante, trayendo esperanza, sanidad, ánimo y liberación; ¡y produciendo nueva vida!
En el centro del don de profecía está el deseo de entregar una palabra divinamente inspirada de parte de Dios para su amado pueblo. Jesús dijo en Juan 12:49 que Él no hablaba por su cuenta sino que solo lo que su Padre había hablado. Con el poder del Espíritu Santo guiándonos a toda verdad a través del don de profecía, podemos convertirnos en mensajeros de esperanza. Una palabra a tiempo directamente del corazón compasivo del Padre pudiera transformar el día oscuro y tormentoso de alguien en un encuentro radical con el Dios vivo y amoroso del universo.
Puntos de Oración
- Invite al Señor a impactar nuestros corazones hacia la búsqueda del amor en nuestra adoración y relación con Él y con Su pueblo – aquellos que le conocen y aquellos que todavía necesitan ser abrazados por Él.
- Busque perdón por aquellas veces que nosotros, la iglesia, hemos buscado los dones espirituales para nuestro propio beneficio, en la búsqueda de nuestro propio sentido de importancia.
- Pida por audacia para convertirnos en mensajeros de esperanza a través del don de lo profético por el poder del Espíritu Santo, e invítele a aumentar nuestra sensibilización a su voz y a nuestro llamado a encuentros divinos.
- Suplique por su presencia y nuestra sensibilización de su presencia cada momento de cada día, para que seamos agentes vibrantes del reino en respuesta a la oración de Jesús: “Que venga tu Reino.”
