Escritura de Hoy

Escritura Adicional

Reflexione en la Palabra

Todos hemos experimentado oportunidades de sentir temor. Quizá se ha enfrentado a situaciones aparentemente imposibles y ha tenido que tomar decisiones que parecían imposibles. Tal vez se ha sentido paralizado por el miedo y la ansiedad. Si no fuera por la sangre incomparable de Jesús, todavía estaríamos en ese lugar: vencidos y abrumados por el temor.

Podemos estar profundamente agradecidos por Su Espíritu Santo, que vive en nosotros, dándonos poder, amor y dominio propio. Su don de dominio propio es lo que nos empodera para tomar todos esos pensamientos cautivos y hacerlos obedientes a Cristo. Dios no le ha dado a Su pueblo un espíritu de temor; nos ha dado poder. Y con cada prueba y cada tribulación, crecemos en poder, nuestro valor se fortalece y nuestro impacto aumenta.

Como pueblo Suyo, tenemos la tarea vital de hacer brillar audazmente la luz de Jesús. Somos llamados a vivir vidas empoderadas, fortalecidas por Su Espíritu.

Una iglesia temerosa es una iglesia inefectiva. Fuimos hechos para ser efectivos. Fuimos hechos para ser valientes.

Oración + Contemplación