Puedo reconocer que Jesús es el Salvador, Bautizador con el Espíritu Santo, Sanador y Rey que Viene Pronto, pero todo cambia cuando Él se convierte en mi Salvador, mi Bautizador con el Espíritu Santo, mi Sanador y mi Rey.
Sirvo en un contexto donde a menudo hay una gran resistencia al mensaje del evangelio. Sin embargo, el evangelio de Jesucristo no solamente es un mensaje que predico, también es una nueva realidad de compañerismo con Dios que ha transformado mi vida y continúa haciéndolo día tras día.
No puedo dejar de proclamar lo que he escuchado, lo que he visto, lo que he contemplado y tocado (1 Juan 1:1-3). Su vida ha llegado a la mía—¡estas son realmente Buenas Nuevas! Una y otra vez he visto al Señor, he escuchado de Él y entonces he sido puesta por Él en contacto con alguien más que necesita ver y escuchar exactamente lo que acababa de presenciar.
Viviendo diariamente en la plenitud del evangelio completo, compartimos Su vida con otros, dando lo que hemos recibido.
Oración + Reflexión
- Señor, en las áreas de vida donde todavía no te he experimentado como mi Salvador, Sanador, Bautizador con el Espíritu Santo y Rey, ven.
- Quiero predicar Tu evangelio completo con toda mi vida. Que Tu vida sea revelada en y por medio de la mía.
- Abre los ojos y oídos de aquellos a quienes me has enviado, que ellos también tengan compañerismo con nosotros y contigo.
Que esa oración sea hecha en mi vida en el nombre de Jesús