Escritura de Hoy
“Ahora bien, hay diversidad de dones, pero el Espíritu es el mismo. Hay diversidad de ministerios, pero el Señor es el mismo. Y hay diversidad de operaciones, pero es el mismo Dios el que hace todas las cosas en todos. Pero a cada uno se le da la manifestación del Espíritu para el bien común. Pues a uno le es dada palabra de sabiduría por el Espíritu; a otro, palabra de conocimiento según el mismo Espíritu; a otro, fe por el mismo Espíritu; a otro, dones de sanidad por el único Espíritu; a otro, poder de milagros; a otro, profecía; a otro, discernimiento de espíritus; a otro, diversas clases de lenguas, y a otro, interpretación de lenguas. Pero todas estas cosas las hace uno y el mismo Espíritu, distribuyendo individualmente a cada uno según Su voluntad”.
—1 Corintios 12:4-11 (NBLA)
Escritura Adicional
“Tenemos dones diferentes, según la gracia que se nos ha dado. Si el don de alguien es el de profecía, que lo use en proporción con su fe; si es el de prestar un servicio, que lo preste; si es el de enseñar, que enseñe; si es el de animar a otros, que los anime; si es el de socorrer a los necesitados, que dé con generosidad; si es el de dirigir, que dirija con esmero; si es el de mostrar compasión, que lo haga con alegría”.
—Romanos 12:6-8 (NVI)
Reflexione en la Palabra
Cada hija e hijo de Dios, cada miembro del cuerpo de Cristo ha recibido una capacidad espiritual que nos otorga acceso a un entendimiento y un poder que van más allá de los nuestros. Estos dones no son rasgos de personalidad ni talentos; no se pueden encontrar en la caja de herramientas de nadie. Al contrario, vienen de lo alto.
Aunque generalmente se los denomina “dones espirituales”, estas capacidades para funcionar de manera sobrenatural incluyen más de una categoría de cosas espirituales (dones y ministerios) y diferentes formas en las que funcionan (actividades). Por ejemplo, el don de profecía no es lo mismo que el ministerio de un profeta, y algunas profecías consuelan mientras que otras anuncian el futuro.
Con el tiempo nos volvemos más sensibles a la voz del Espíritu a ejercer un don y una función en nuestro ministerio. Y aprendemos a cooperar más plenamente con el Espíritu Santo, hablando las palabras que Él nos da para compartir y realizando las acciones que Él nos pide que hagamos.
Esa asociación produce resultados milagrosos en la vida de los demás—y es por eso que Pablo nos anima a buscar los dones espirituales con tanto fervor (1 Corintios 12:31, 14:1,12).
Oración + Contemplación
- Vuelva a leer estos pasajes bíblicos en voz alta y pídale a Dios que le dé comprensión sobre sus dones espirituales.
- Esta semana, ¿cómo hará espacio para ministrar con sus dones espirituales únicos?
- Ore para que usted y su iglesia operen más plenamente con las herramientas y capacidades espirituales que Él ha ordenado en sus vidas.