Día 1: El modelo de Jesús

Comenzando en mi primer rol ministerial como líder de un estudio bíblico en UCLA, hice lo mejor que pude por seguir los modelos de Jesús con la gente.

Él no simplemente les dio a los discípulos cosas que aprender; les dio cosas para hacer. Él compartió Su entendimiento espiritual enseñando, pero también compartió Su tarea ministerial reclutando y enviando a aquellos que enseñó.

“Entonces Jesús les dijo otra vez: … Como me envió el Padre, así también yo os envío” (Juan 20:21, RVR).

Jesús logró involucrar a Sus seguidores en actividad que transformaba a personas, hallando pequeñas maneras, en el camino para involucrarlos día tras día. No esperó a que ellos se graduaran de Su curso de entrenamiento. La necesidad de obreros era demasiado grande para permitir tal retraso.

Desde 1973 he creído que toda oportunidad ministerial para mí, también debiera convertirse en una para otros. Ese fue el modelo de Jesús.

Oración + Reflexión

• Pregúntese: ¿Confío demasiado en enseñarle, y no lo suficientemente en utilizar a la gente? ¿Creo que puedo preparar a la gente para el ministerio con enseñanzas? Pídale al Señor brillar Su luz sobre la gente en su vida que está lista para ser utilizada y por la confianza para delegar e inspirarlos.
• ¿Qué “cosas pequeñas” puedo pedirle a la gente que haga, para que yo tenga una oportunidad de confiarles “responsabilidades mayores” en el futuro? (Lucas 16:10, NTV).
• Si presumo que mi estilo y enfoque de liderazgo es la razón principal por la que no puedo movilizar a mi congregación, ¿qué debería cambiar en cuanto a cómo lidero? Pídale al Señor valor y la capacidad de cambiar según sea necesario.