Mi esposo Stephen y yo recientemente decidimos implementar una rutina de estiramiento debido a todos los nuevos achaques que hemos estado sintiendo. Ah, y un incidente involucrando una hamaca que solidificó nuestra decisión … y sí, quedar atrapado en una hamaca porque no puedes bajarte cambia las reglas del juego. (Inserte un emoji de risa).

Tras años de trabajar con jóvenes, me he dado cuenta de que a diferencia de mi actual situación muscular, los niños son increíbles para recuperarse. Tomemos a mi sobrina, por ejemplo. Ella me dará una mirada donde instantáneamente sé que necesita hablar. Es una mirada de urgencia que requiere toda mi atención (aunque por lo general significa que necesita ayuda con el baile de TikTok más reciente). Y últimamente, nuestras conversaciones de emergencia se han centrado más en su entusiasmo por regresar a la escuela que en la última tendencia.

¿Quién hubiera pensado que los niños estarían tan emocionados de regresar a la escuela? Su impaciencia por el contacto humano y la interacción en persona es nada menos que un milagro. Aquí están, tan flexibles como siempre y están listos para efrentar lo que venga.

Filipenses 4:6-7 dice: Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias.

Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús. (RVR1960).

Ya sea que estén ingresando al kindergarden o volando a la universidad, hay una nueva sensación de entusiasmo. Casi como si supieran que están a punto de cambiar el mundo.

No hay mejor momento que el presente para acercarse al joven en su vida y enseñarle cómo ha sido llamado y apartado. Están emocionados de conocer y seguir a Jesús, decididos a ser transformados por Jesús y listos para estar en misión con Jesús.

Solo podemos hacer esto juntos. ¡Así que, hagámoslo!