Randy Remington
Randy Remington

Mi esposa y yo tenemos una relación cercana, y a lo largo de los años hemos aprendido cómo cultivar esa intimidad. Cuando pasamos tiempo solos en conversaciones ininterrumpidas y conectadas, nos acercamos más. Charlas afanadas sobre la vida cotidiana simplemente no producen el mismo fruto.

“¿Qué hay para cenar?” “¿Quién va a recoger a los niños?” “¿A qué hora tenemos que estar allá?”

Cuando nuestras interacciones están limitadas a estas cosas, sentimientos de separación pueden comenzar a asentarse. Es por eso que regularmente conseguíamos a una niñera, íbamos a un restaurante solos, y conversábamos hasta que nos echaban.

No es que un tipo de conversación sea bueno y el otro malo. Necesitamos poder comunicarnos con nuestros cónyuges de manera eficiente en cuanto a las cosas casuales de nuestras vidas. Pero las conversaciones persistentes que compartimos durante una cena para dos son vitales para la conexión y relación íntimas que queremos nutrir en nuestro matrimonio.

La oración es así mismo. Dios quiere oír acerca de las cosas de su vida, pero también quiere que usted se conecte con Él a un nivel íntimo. Alguna vez escuché decir: “El ajetreo es incompatible con la intimidad”. ¿Por qué es así? Porque tiempo abundante es lo necesario para que el amor y la cercanía florezcan dentro de una relación, y el tiempo es lo que la gente ocupada no tiene. Eso es una vergüenza, porque tiempo a solas con Dios para una conversación profunda y llena de oración prioriza nuestra relación con Él.

Pero tú, cuando te pongas a orar, entra en tu cuarto, cierra la puerta y ora a tu Padre, que está en lo secreto. Así tu Padre, que ve lo que se hace en secreto, te recompensará.

Mateo 6:6, NVI

¡No olvide que Jesús dijo que el Padre recompensa esa prioridad! De hecho, la Biblia nos anima a mirar a Jesús como el modelo de humanidad perfecta. Cuando lo hacemos, vemos lo que sentía respecto a la oración:

  • Él priorizó el tiempo a solas con el Padre.
  • Él hizo de ese tiempo uno-a-uno con el Padre una práctica constante.
  • Como resultado, Él disfrutó de una comunión ininterrumpida con el Padre.

¡Seamos como Jesús en el 2021!

Oración y Reflexión

  1. Al concluir un año difícil, tome algún tiempo a solas con el Señor para estar con Él en intimidad.
  2. Medite en qué palabra el Señor tiene para usted en el 2021, y dedíquese a esa búsqueda.
  3. Pídale a Dios proveer tiempo e intención para intimidad en sus relaciones personales.
  4. Mientras que nuestra nación todavía lucha con la pandemia del COVID-19, tome tiempo para orar por quienes están enfermos y afectados alrededor del mundo. Pídale al Señor tocar a los desplazados, a quienes enfrentan inseguridad alimentaria, a los desempleados, y ore que Su misericordia caiga sobre nosotros en el próximo año.

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es presidente de La Iglesia Cuadrangular (Estados Unidos).
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