Encontramos el viejo receptor de radio después de que mi padre falleciera y mi madre estaba vendiendo la casa familiar. Él le compró la radio en 1925, cuando estaba embarazada de mí, para que pudiera escuchar a Aimee Semple McPherson predicar.
En esos días, las mujeres embarazadas no salían mucho antes o después del parto, y como los tres hermanos llegamos con un año de diferencia, mamá no salió mucho por varios años.
Mis abuelos fueron firmes partidarios de la Hermana McPherson desde el principio de su aparición en Los Ángeles, pero mi madre tuvo que ser ganada a la “experiencia pentecostal”, como ellos lo llamaban. Después de que ella fue bautizada con el Espíritu Santo, no hubo vuelta atrás.
La familia asistía a una de las «iglesias filiales» Cuadrangulares (hoy las llamamos plantaciones de iglesias) en Pasadena, California. Recuerdo estar sentado en el regazo de mi abuelo durante un servicio dominical por la tarde, luchando un poco mientras él intentaba que me durmiera. Mi abuelo me abrazó con fuerza y puso su enorme mano sobre mi carita para que cerrara los ojos. Me quedé quieto, para que él pensara que estaba durmiendo, y observé lo que estaba pasando a través de los huecos entre sus dedos.
En la plataforma de la pequeña iglesia, una ministra vestida como la Hermana McPherson dirigió a la congregación cantando, aplaudiendo y gritando. La señora llevaba el mismo uniforme blanco y corbata negra ancha que la hermana McPherson, pero esta señora no era la Hermana. Algunos llamaban a estas mujeres “Aimee-itas”, lo que probablemente no era muy agradable, pero se parecían y actuaban mucho como la Hermana.
Mi madre estableció casi por sola el movimiento Cuadrangular en nuestro barrio. Se sentía agradecida con el ministerio que había fundado la Hermana Aimee y quería que otros encontraran la misma fe que ella había experimentado. Al crecer y escuchar las historias de los tiempos antes de que yo naciera, comencé a entender por qué la Cuadrangular era tan importante para mi madre, y por qué esa vieja radio había sido tan importante.
No se parecía en nada a las radios que reconocía y tenía varios tubos de vidrio colocados abiertamente sobre una base de caoba oscura. Había que sintonizar manualmente tres grandes diales negros para recibir una de las pocas emisoras de radio de Los Ángeles, como KFSG, propiedad y operada en ese momento por La Iglesia Cuadrangular. La radio de caoba finalmente fue reemplazada en nuestra casa por un modelo más nuevo y elegante, y la vieja radio terminó en el ático. La vi allí años después, cuando de adolescente me metí en alguna travesura.
Afortunadamente, las oraciones de mi madre y mis abuelos me cubrieron incluso cuando la salud de mi padre se deterioró a causa de la ELA (enfermedad de Lou Gehrig). Tenía 15 años cuando murió, y luché entre dos opciones: estar enojado con Dios o servir a Dios. Decidí servir a Dios.
Unos años después, asistí a un campamento de jóvenes Cuadrangular donde jóvenes de toda California se reunían durante una semana cada verano. Vi a una linda joven llamada Mary Lou de una pequeña ciudad al norte de San Diego de la que nunca había oído hablar, y les dije a mis amigos que planeaba casarme con ella. Todos nos reímos ante la perspectiva, pero después de regresar a casa no pude quitármela de la cabeza.
Fui reclutado y serví en la Marina de los EE. UU., estacionado en la Estación Naval de North Island en San Diego, y asistí a San Diego Foursquare Church. Un compañero de la marina que también asistía a la iglesia me recordó que Mary Lou vivía cerca en una ciudad llamada Escondido y asistía a la iglesia Cuadrangular de allí. El fin de semana siguiente, hicimos el viaje por la vieja carretera 395 – que no era mucho más que un amplio camino de vacas – hasta el norte del condado de San Diego para encontrar a Mary Lou.
La matriarca Cuadrangular, la Dra. Evelyn Thompson, pastoreaba la iglesia de Escondido en aquellos días, y Mary Lou tocaba el piano allí. Al llegar a Escondido por primera vez, el servicio ya había comenzado, con Mary Lou tocando el piano y la congregación cantando.
La Dra. Thompson dijo años más tarde que nunca había oído a Mary Lou equivocarse en una nota al piano hasta aquel día en que levantó la mirada y vio a dos chicos de uniforme de la Marina parados en el vestíbulo de la iglesia. Mary Lou y yo nos casamos poco tiempo después y asistimos a L.I.F.E. Bible College (ahora llamada la Universidad Life Pacific) en preparación para lo que se convertiría en una carrera de 42 años de ministerio pastoral. Ha sido un viaje maravilloso.
Al crecer y escuchar las historias de los tiempos antes de que yo naciera, comencé a entender por qué la Cuadrangular era tan importante para mi madre, y por qué esa vieja radio había sido tan importante.
Mamá me dijo hace años que debía vender la vieja radio. Por alguna razón no pude hacerlo. Mary Lou recordaba que su familia en Escondido también escuchaba a la Hermana McPherson predicar por la radio, y a menudo nos preguntábamos si habríamos estado reunidos alrededor de la radio escuchando los mismos sermones al mismo tiempo.
Durante una visita a la remodelada Casa Pastoral de Aimee Semple McPherson y al Centro Patrimonial, nos dimos cuenta de que la radio pertenecía allí como parte del patrimonio de La Iglesia Cuadrangular. Al fin y al cabo, es un recordatorio de cómo nuestra fundadora aprovechó la incipiente tecnología de su época para llegar a las masas para el reino de Dios.
Esta radio en particular fue utilizada por el Señor para ayudar a mi madre en una época difícil de su vida. Su fe y sus oraciones por mí estaban sin duda inspiradas en parte por los mensajes que oía salir del gran altavoz de la bocina.
Ahora tengo 90 años, y no tengo más que gratitud en mi corazón por la forma en que Dios ha guiado mi vida y me ha utilizado como ministro del Evangelio. De alguna manera, creo que esta radio tuvo mucho que ver con la bendición en mi vida, y espero que inspire a muchas otras personas también vivir para Jesús.
Jim Ritch es un pastor Cuadrangular jubilado y anteriormente formó parte de la Junta Directiva Cuadrangular. Donó el receptor de radio de su madre al Centro Patrimonial, donde está expuesto en la Casa Pastoral de Aimee Semple McPherson.