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Glenn Burris Jr.

A principios del año, tuve una oportunidad increíble de visitar la prisión El Renacer mientras estuve en Panamá; en las afueras de la Ciudad de Panamá. Y para aclarar, ¡solo estuve de visita!

Se me había concedido el permiso oficial para visitar al General Manuel Noriega, quien ha estado encarcelado allí desde el 2010. El nombre de la prisión se interpreta literalmente como «Un Renacimiento». Fue un domingo, 22 de enero cuando me reuní con él y pasé casi 90 minutos hablando de su vida, su nuevo nacimiento en Cristo (en una prisión de la Florida hace algunos años), sus días de dificultad física (tiene 83 y su salud quebrantada), su familia y sus esperanzas para el futuro.

Cuando me levanté para retirarme, le pregunté a este notorio dictador cómo podía orar por él. Me pidió que orase que pudiese concluir su vida en casa, aunque ello significara arresto domiciliario. Oramos y, seis días después, tras 28 años de encarcelamiento en Florida, Francia y finalmente en Panamá, le fue concedido arresto domicilario.

Al contemplar nuestro lema de este año para la Conexión Cuadrangular 2017, «Comisionados por Jesús», me quedo con un fuerte sentido de nuestra necesidad de escuchar de nuevo a Dios, para recordarnos del quebrantamiento del mundo a nuestro alrededor; no sólo se trata de un montón de estadísticas, sino que involucra personas, familias, vecindades y naciones. Mientras celebramos la conversión de un pecador muy conocido, también debiéramos reflexionar sobre la infinidad de personas que se hubieran podido ahorrar mucho dolor, si se le hubiese alcanzado más temprano con el evangelio.

Cuando Jesús anunció el enfoque de Su misión registrada en Lucas 4:18, Él claramente identificó el objetivo de Su mensaje: los pobres, los cautivos, los enfermos y los oprimidos. Pero formuló Su misión con una afirmación declarativa: «El Espíritu del Señor está sobre mí, por cuanto me ha ungido» (RVR1960). En otras palabras, aclaró desde el principio que, sin el poder del Espíritu, nuestros esfuerzos en el mejor de los casos son útiles, pero no transformadores de vidas.

Pero si combinamos Su enfoque y pasión con el poder del Espíritu, tenemos una fuerza que sacudirá las puertas del infierno y desatará su lazo sobre hombres, mujeres y niños. Nuestro mundo experimenta demasiada muerte y dolor prolongados sencillamente porque el evangelio llegó demasiado tarde.

Recientemente, participé en el servicio conmemorativo de la misionera Cuadrangular Virgene Hughes quien, junto a su esposo, Mason, viajaron a las selvas de Papúa Nueva Guinea, respondiendo al llamado de Dios llevando esperanza a una gente atada por siglos de canibalismo y brujería. Pero el poder del evangelio supera todo aquello, y la fortaleza del infierno fue quebrantada. Hoy día, cientos de miles de creyentes ahora sirven a Jesús, y las islas del Pácifico Sur están siendo invadidas por estos apasionados libertadores que fuesen liberados ellos mismos apenas unas pocas décadas antes. Esa es la gloria y el milagro de la historia del  evangelio.

Así es como nos encontramos hoy, con el mundo ante nosotros y el Espíritu Santo en nosotros. Hemos apartado estos próximos cuatro años para enfocarnos en los cimientos de nuestro movimiento y su mensaje de Jesús: Salvador, Bautizador, Sanador y Rey.

Este primer año, 2017, ¡estamos enfatizando la obra redentora de Jesús como nuestro Salvador! Nos reuniremos en Washington, D.C., para la Conexión Cuadrangular 2017, del 29 de mayo   al 1 de junio. La inscripción aún sigue disponible en conexioncuadrangular.org, y estamos invitando a todos los ministros a acompañarnos. Todo aquel que no pueda asistir en persona puede ver la transmisión en línea en connectionlive.org y unirse por este medio.

Durante esta Conexión veremos a Dios encender una pasión fresca, una nueva llenura del poder del Espíritu, y un sentido y propósito más claros de nuestra misión. Somos comisionados como Sus mensajeros, reconciliadores, restauradores y libertadores en esta presente generación y a este mundo presente. Con miles de millones que aún no han oído y miles de millones más aún por responder, nuestra tarea nos está claramente definida. Hará falta el esfuerzo de todos nosotros para terminar la Gran Comisión. Hará falta una nueva oleada del Espíritu de Dios sobre nuestras cabezas, y en nuestros corazones y manos.

Estaremos orando, en lo que nos reunimos, por las embajadas extranjeras en Washington. Oraremos por los jefes de estado, por nuestra propia nación y sus líderes. En lo que dirigimos en la alabanza y la oración estaremos contendiendo por un derramamiento de revelación y poder de Dios que sean dispensados en cada área en la que Satanás haya tenido una fortaleza.

Declaramos vida y libertad sobre nuestro mundo. Le pedimos al Señor que unja cada palabra y a cada orador. Entrelazamos nuestros brazos y esfuerzos sobre lugares, tales como el Norte de África, el objetivo de la ofrenda de este año de Foursquare Missions International para alcanzar a los no alcanzados. Bendicemos estos lugares difíciles. Declaramos que el terreno se tornará fértil y recibirá la semilla de la Palabra de Dios. Declaramos todo esto Señor, en Tu majestuoso y maravilloso nombre. Amen.

sirvió como el presidente de La Iglesia Cuadrangular de 2009-2020.
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