La Navidad nos recuerda que, en Jesús, el amor de Dios se hizo una persona.
“En esto se mostró el amor de Dios para con nosotros, en que Dios envió a su Hijo unigénito al mundo, para que vivamos por él” (1 Juan 4:9, RVR1960).
Podemos intentar describir el amor y muchos lo han hecho. Podemos intentar definir el amor, lo que es más difícil de hacer porque todos experimentamos el amor de distintas maneras. Sin embargo, todos reconocemos a una persona amorosa cuando nos topamos con ella.
Dios supo que no solo necesitábamos una buena explicación de Su amor, también necesitábamos experimentar Su amor. No piense en el amor de manera abstracta. Jesús es el amor de Dios.
La Navidad nos recuerda que cuando vivimos el amor de Jesús, el Dios invisible se hace visible.
“Nadie ha visto jamás a Dios, pero, si nos amamos los unos a los otros, Dios permanece entre nosotros…” (1 Juan 4:12, NVI).
Como enviados de Dios, traigamos a Jesús a la gente durante esta época. Tal como en la primera Navidad, seamos un ejemplo de amor y hagamos a Dios visible al mundo en el que vivimos.
Reflexione + Ore
1. Antes de que usted pueda amar a otros, necesita saber primero cuánto Dios le ama a usted. Pídale al Espíritu Santo que derrame el amor de Dios sobre su corazón para que pueda ser lleno de la plenitud de Su amor esta Navidad.
2. El amor toma la iniciativa. ¿Quién en su mundo necesita experimentar el amor de Dios esta Navidad? Pídale a Dios que abra sus ojos esta Navidad para ver quién necesita desesperadamente Su amor.
3. El amor de Dios tiene que ser aceptado y aplicado personalmente. Pídale a Dios preparar los corazones de aquellos a quienes Él le envía, para que estén abiertos y preparen un lugar para Él.
4. Mientras celebramos la Navidad, levantemos en oración a aquellos que puedan no pasarla con la familia, aquellos que han perdido a alguien y a todos para quienes esta época festiva será dolorosa. Y oremos que el verdadero espíritu de la época esté en todos nosotros. Footnote style:
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