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Sou Olbrich

Cuando mi esposo George y yo empezamos con las misiones en esta parte del mundo hace unos 29 años, una de nuestras metas era levantar pastores y misioneros locales, personas que pudieran hablar el lenguaje del corazón de aquellos a quienes ministran.

Pero Dios no nos pidió hacer esto solos. Nos bendijo con nuestros amigos y compañeros misioneros Cuadrangulares, Sou y Ted Olbrich, en Cambodia.

Un gran aspecto del ministerio de los Olbrich es el discipular y enviar a los locales por todo el Sudeste de Asia para enseñar el evangelio, guiados por el Espíritu Santo. «Esto no es algo que sólo los extranjeros pueden hacer», dice Sou, quien nació princesa en un país cerrado al evangelio. «Esto es algo que Dios quiere que usted haga».

En una ocasión una mujer se acercó a Sou y a Ted, y Dios la sanó. Después ella regresó a su aldea isleña, bendecida con un espíritu de evangelista. Hoy toda su aldea de unas 100.000 personas ha llegado a conocer a Jesús.

Mientras que una gran parte del ministerio de Sou y Ted ha sido cuidar huérfanos, más de 18.000 niños en los últimos 12 años, tuvieron que preguntarse si estában equipando a los creyentes más allá de los orfanatos, para que también pudieran conocer el plenitud del poder y del gozo del Espíritu Santo. De manera que empezaron a examiner distintos modelos de discipulado para llenar varias necesidades culturales.

Algunos aspectos del discipulado se ven diferentes al viajar de nación a nación. En un area particular, la policía asiste a los cultos de la iglesia, para ver quién acepta a Cristo, y luego arresta a esa persona. Así que esas Iglesias han empezado a conectar al nuevo creyente con un mentor el mismo día que son salvos.

El mentor se sienta con ellos y les explica: «Cuando te arresten—no si lo hacen, sino cuando lo hagan—esto es lo que la policía va a hacerte. Y esto es lo que Jesucristo te ha prometido».

La iglesia ha reconocido que los nuevos creyentes necesitan que alguien camine con ellos a través de los desafíos que enfrentarán como resultado de haber aceptado a Jesús. Tenemos que ser más intencionales en el discipulado para que las personas tengan la Palabra y una comunidad que les permita procesar el perder un empleo o a un ser querido sin apartarse de su fe.

Como sabe, la vida a veces es muy desafiante. Los hijos de Dios necesitan saber que no han sido abandonados, que todo lo que hacemos, lo hacemos por el poder del Espíritu Santo.

Por: Joyce Butron es una misionera de área para Foursquare Missions International (FMI, o Misiones Cuadrangulares Internacionales) para el Sudeste de Asia. La historia está escrita según fue relatada a Rachel Chimits, una escritora en Reno, Nevada. Traducción por Frank León.

is a Foursquare Missions International area missionary to Southeast Asia.
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