Ric Guerra
Ric Guerra

Si usted se parece en algo a mí, ajustarse a la vida durante una pandemia de un año causó este penetrante sentimiento de estar aislado e inhibido, algo parecido a estar atascado en el tráfico. En momentos me he sentido restringido y desconectado de otros.

El Espíritu Santo recientemente corrigió mi pensamiento al darme cuenta de que muchas restricciones solo existen en mi mente. Aunque el estar físicamente presente con otros es maravilloso, y algo que probablemente nunca volveremos a dar por sentado, las Escrituras nos enseñan que nuestras oraciones solo están restringidas por los límites que nosotros les imponemos.

Marcos 5 nos cuenta la historia del hombre llamado Jairo que tenía una hija enferma. Jairo estaba convencido de que si Jesús imponía Sus manos sobre ella, ella sanaría (v.23). En el versículo 28, la mujer que sufría de un flujo de sangre dijo: “Si tocare tan solamente su manto, seré salva” (RV1960). En estos dos casos, su fe estaba conectada al toque. Contraste esto con Mateo 8, donde el centurión romano le dijo a Jesús: “Solamente di la palabra, y mi criado sanará” (v.8).

Si la distancia no limita el poder de la oración, entonces realmente no tenemos restricciones en cualquier cosa que le pidamos al Señor hacer. ¡Ore con poder!

Oración + Reflexión

  1. Pídale al Espíritu Santo revelarle áreas de su vida en las que usted ha cedido a límites autoimpuestos.
  2. Ejercite su poder hablando palabras de vida sobre sus circunstancias, su comunidad, su nación y la iglesia de Dios.
  3. Extienda su fe para orar por gente que está lejos de usted en términos de tiempo transcurrido o distancia geográfica. Espere que el poder de Dios cierre las brechas.

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es director principal de operaciones ministeriales en La Iglesia Cuadrangular.
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